EVANGELIO DOMINICAL

Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo


Lecturas: Éxodo 24,3-8 / Salmo 115,12-13.15-18 / Hebreos 9,11-15 / Marcos 14,12-16.22-26

Botón homilético – Francisco Quijano

• Jesús celebra su Pascua y nos la deja como memorial suyo en medio de la peor crisis de la comunidad de sus amigos. Así lo constatan los cuatro evangelistas antes, durante y después de la Última Cena.

• Según Marcos y Mateo, Jesús les dice: «Yo les aseguro que uno de ustedes me va a entregar, uno que come conmigo». «Todos van a fallar como está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas».

• Pedro interviene: «Aunque todos fallen, yo no». Y Jesús: «Te aseguro que tú hoy mismo, esta noche, antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres».

• Juan lo reporta así: «A donde yo voy –Pedro– no puedes seguirme por ahora, me seguirás más tarde». Él insiste: «Daré mi vida por ti». Jesús le dice: «¿Qué darás la vida por mí? Te aseguro, antes de que cante el gallo…».

• Lucas añade: «Surgió una disputa entre ellos sobre quién se consideraba el más importante». Jesús les dice aún: «Ustedes son los que han permanecido conmigo en mis pruebas, por eso les encomiendo el Reino como mi Padre me lo encomendó».

• A Pedro particularmente: «Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido permiso para cribarlos como trigo. Pero yo he rezado por ti para que no falle tu fe. Y tú, una vez convertido, fortalece a tus hermanos».

• Marcos y Mateo subrayan: «Lo mismo decían los demás». Jesús les había dicho: «Cuando resucite, iré delante de ustedes a Galilea». Y ¿qué fue lo que sucedió? Pedro y sus compañeros fallaron.

• Hubo otros que padecieron crisis y salieron de ellas por la fuerza del gesto profético de Jesús que anticipaba su muerte y resurrección: «Tomen, esto es mi cuerpo... Esta es mi sangre de la alianza derramada por todos».

• Y añade: «Les aseguro que no volveré a beber el fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios». Jesús, ante el trago amargo de su pasión y muerte, aviva la esperanza en su Padre que le ha confiado el Reino.

• ¿Qué fue de la comunidad de amigos a quienes Jesús había encomendado el Reino? Que se reconstituyó con los mismos que fallaron menos uno.

• En los días que corren, debido a la pandemia, la participación en la misa se ha dificultado. Hay, además, motivos de crítica a la práctica religiosa por graves faltas de ministros de la Iglesia y desafecto general frente a las instituciones.

• Cabe, pues, preguntarse. ¿Vamos a abandonar la eucaristía en momentos de crisis? ¿crisis de la Iglesia, crisis nuestras personales o familiares, tensiones entre esposos, traiciones en el ministerio episcopal y sacerdotal, desastres sociales o nacionales? ¿qué será de las misas después de la pandemia?

• De la serie de pinturas africanas Jesús Mafa: Última Cena

 

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Claves para la homilía – Julián Riquelme

• Contexto - Palestina, año 30: Jesús participó con sus discípulos en una cena un día de la semana, en que murió. Por su carácter de despedida, ellos la convirtieron en una cena entrañable (cf. Mc 9,37b). - Roma, año 70: - En aquellas circunstancias de persecución, los seguidores de Cristo celebran clandestinamente la eucaristía, y en ella se comprometen a despreciar la idolatría y a promover la fraternidad entre todos, dentro y fuera de la comunidad.

• Sentido El relato sobre “La Eucaristía” o “Última Cena” se puede sintetizar en tres palabras:

• Pan (14,22). La comunicación del pan partido. El Señor parte el pan y aclara el gesto con sus palabras: "Esto es mi Cuerpo". El pan partido es símbolo de su persona, de su cuerpo roto por los sufrimientos, de su vida entregada a la muerte por amistad y amor a nosotros y a todas las personas.

• Copa (14,23-24). La entrega de la copa. Ella contiene la sangre de la nueva alianza. Dios Padre quiere una nueva alianza con todos los seres humanos, un Nuevo Pueblo formado por personas de todas las naciones y vinculado por el Espíritu Santo como Nueva Ley. Cristo entrega su vida, su sangre, para sellar esta nueva alianza, para formar este nuevo pueblo, y para que el Espíritu Santo se manifieste en todos los corazones.

• Anuncio (14,25). El anuncio del banquete futuro del Reino. Es la futura Eucaristía Definitiva. A esta Eucaristía están convocados los discípulos y todos los seres humanos. Allí habrá vino nuevo, nueva alegría. Será una gran celebración: la fiesta de la humanidad. Cristo llama a orientarlo todo hacia ese porvenir de felicidad. Los primeros cristianos anhelaban esta Futura Eucaristía. Por eso, en sus asambleas aclamaban: "Ven, Señor Jesús". Para ellos todo estaba polarizado por este Banquete Nuevo, que el Señor prometió en su Última Cena.

Semana X – Lunes (aquí)