Lecturas: Números 11, 25-29; Salmo 18, 8.10.12-14; Santiago 5, 1-5; Marcos 9, 38-43.45.47-48
Botón homilético – Francisco Quijano
• Lucas recoge en este pasaje una combinación aleatoria de enseñanzas de Jesús, afortunada por su contraste y por lo punzantes.
• Tocan cuatro puntos: despojarse del sectarismo; saber agradecer los dones que recibimos a través de los demás; desenmascarar crímenes atroces; hacerse cargo con lucidez del mal que anida en el propio corazón.
• La mentalidad y las actitudes sectarias, marcadas con frecuencia por un fanatismo militante, suelen conducir a la violencia; por desgracia, forman parte del lote de ignominia de la humanidad.
• Los discípulos de Jesús no están exentos de esta desviación del psiquismo humano. Él corta de tajo esa forma de pensar: «Quien haga milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí».
• Puede decirse también así: «Donde quiera que se encuentren el bien y la verdad, merecen ser acogidos. Quien quiera ande en pos de ellos, merece que se le escuche y apruebe».
• Estamos envueltos en un ambiente de gratuidad y recibimos de otras personas mucho más de lo que solemos admitir y aceptar. La vida misma es un don, la nuestra y la de nicho ecológico en que crecemos y fructificamos.
• «Quién les dé a beber un vaso de agua porque pertenecen al Mesías no quedará sin recompensa», dice Jesús. «Gracias a la vida que me ha dado tanto», canta Violeta Parra.
• Todo crimen es injustificable. Hay, además, crímenes que son execrables: abuso de menores, pedofilia, tortura, feminicidios, masacres, genocidios. Hay otros atroces de lesa humanidad.
• Jesús señala uno que los comprende a todos: «Si alguien hace tropezar a esta gente pequeña que cree en mí, más le valdría que le ataran una piedra de molino en el cuello y lo arrojaran al mar».
• La única escapatoria válida que tienen situaciones como las anteriores que envuelven a nuestra humanidad en las tinieblas del mal, es la autocrítica veraz y la disposición de cortar de raíz con el mal cueste lo que cueste.
• Jesús enseña a sus discípulos: «Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo». Estos males deben ser condenados sin pretexto ni escapatoria.
• Rembrandt: Jesús y sus discípulos, 1634
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Claves para la homilía – Julián Riquelme
• Contexto - Palestina, año 30: Quienes realizan sanaciones o exorcismos, se sirven de un nombre con fuerza o poder milagroso. Los discípulos quieren ser los únicos que invocan el Nombre de Jesús en las sanaciones. - Roma, año 70: En medio de la persecución, algunos discípulos miran en menos a personas de fuera de la comunidad, que sienten simpatía por ellos e invocan el Nombre de Jesús en sus ritos o gestos de sanación.
• Sentido El tema del Evangelio es: “El seguimiento de Cristo no excluye a nadie que trabaje por la humanización”. En el trozo bíblico de hoy se pueden detectar las siguientes partes:
• El valor del Nombre de Jesús (9,38-40). Una persona, sin ser de los discípulos, usa el Nombre de Jesús para hacer sanaciones o exorcizar; es alguien, que actúa por su cuenta, sin confesarse creyente en el Nazareno, ni pertenecer a su grupo. Los seguidores de Jesús consideran que ese personaje está usurpando el Nombre del Maestro; se ponen intolerantes con él, y tratan de impedírselo, porque los discípulos no pudieron antes expulsar un demonio (Mc 9,14-29). Por su parte, Juan trata el asunto y habla de “los nuestros” o de “nosotros” como la norma central del seguimiento. El Nazareno distingue entre “yo” (v. 39b) y “ustedes” (vv. 39ª.40): quien lucha contra el mal en mi Nombre, aunque no esté con “ustedes”, no está contra “mí”; por eso, “ustedes” no se lo deben impedir, porque quien no esté contra “ustedes”, está por “ustedes”. Del Reinado de Dios no se excluye a nadie; todos están invitados; quienes buscan sinceramente la humanización, están a favor del Reinado de Dios, que predica Jesús, aunque no lo conozcan. En resumen: Cristo corrige el afán de superioridad de los discípulos, su deseo de controlar el naciente movimiento en torno al Maestro, la tendencia a afianzar privilegios propios. Lección: No es conveniente alimentar sentimientos hostiles contra los simpatizantes, o exorcistas sin credenciales. Hay que tratar de potenciar lo que nos une y de superar lo que nos separa. He aquí un criterio para el respeto y el diálogo ecuménico e interreligioso.
• El ejemplo del simpatizante (9,41). Los discípulos necesitan de la ayuda del simpatizante, que se encuentra fuera de su grupo o comunidad, especialmente en su trabajo misionero. El simpatizante actúa a favor de los seguidores del Maestro, al conocer que éstos pertenecen a Cristo. El Señor promete recompensa para él. Moraleja: Jesús es patrimonio de la humanidad. El bautizado no tiene el monopolio de todo lo bueno que sucede. Dios actúa libremente, a través de las realidades humanas. La solidaridad por la humanización, venga de donde venga, es regalo del Espíritu Santo.
• La exhortación al amor responsable (9,42-43.45.47-48). En la Biblia “escandalizar” es impedir la plenitud, el caminar y la maduración de los hermanos, que no han llegado a una fe adulta. Cuando los discípulos reciben la solidaridad en el trabajo por la vida, no deben creerse “fuertes” ni hacerse egocéntricos. Al contrario, han de convertirse en bastón de los “débiles” y pequeños en la fe. Es necesario amar a los otros con todo el ser, incluso con las manos, los pies y los ojos: así se les ayuda a ponerse de pie, para que caminen también ellos hacia la humanización. Mensaje: El egocentrismo y la autosuficiencia nunca hacen bien a nadie ni a ninguna comunidad: son como una polilla, que, más pronto o más tarde, conducen hacia la prepotencia, el odio y la opresión.
Semana XXV – Lunes (aquí)
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