EVANGELIO DOMINICAL

Natividad del Señor Jesús


Lecturas: Isaías 9, 1-3. 5-6 / Tito 2, 11-14 / Lucas 2, 1-14

Botón homilético: Francisco Quijano

• Navidad es una fiesta de contrastes. En la lectura del profeta Isaías: tinieblas y luz, tristeza y gozo, opresión y libertad, prepotencia y debilidad. ¿Por qué? El Imperio Asirio amenaza con conquistar los Reinos de Israel y de Judá. Nace el hijo del rey Acaz de Judá, anunciado por Isaías (734 aC). Este niño es la garantía de que Dios está con su pueblo.

• En el Evangelio: contraste entre el emperador Augusto y Jesús, los ángeles y los pastores, la gloria y el pesebre. ¿Por qué? Cuando nace Jesús, el mundo está bajo el dominio del Imperio Romano. Dios va a presentar a otro Niño como signo contrario al poder imperial.

• Augusto es el poder imperial, a quien se considera y es venerado como dios. Jesús es el Salvador, Mesías y Señor, pero es un niño desvalido.

• Los ángeles cantan la gloria de Dios bañados por la luz, pero hablan de un niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre. Los pastores no quedan impresionados por los ángeles sino por el signo del Niño en el pesebre.

• ¿Qué sentido tienen estos contrastes? A Dios se le encuentra en la vida ordinaria, no en grandes acontecimientos. Dios se manifiesta a la gente sencilla, no a los poderosos. Dios nos pide que le sirvamos en el prójimo desvalido como María cuidó a su Niño. Dios nos enseña que su reino –Él es Salvador, Mesías y Señor– está entre la gente común.

• El sentido de la Navidad queda patente en el cántico de los ángeles: la gloria de Dios se refleja en paz para la humanidad: «Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a la humanidad que él ama».

• San Ireneo de Lyon (+202) dice esto sorprendente: «El Verbo de Dios ha habitado en el hombre y se ha hecho Hijo del hombre para acostumbrar al hombre a comprender a Dios y para acostumbrar a Dios a habitar en el hombre, según la voluntad del Padre».

• Que nosotros nos acotumbremos a comprender a Dios se entiende, aunque no deja de ser un misterio enorme. Que Dios se acostumbre a habitar en el hombre parece una locura. Y así es: Dios se acostumbró de tal manera a habitar entre nosotros que acabó padeciendo nuestra violencia en la cruz.

• Todo empezó con su nacimiento como una criatura desvalida. El contraste simbólico entre la luz y la oscuridad, que envuelve a esta Noche Santa de la Natividad de Jesús, se muestra realmente en el contraste del Misterio del Dios-Humanado: la claridad divina se transforma en penumbra humana.

Oración de la misa: «¡Señor Dios!, tú hiciste resplandecer esta noche con la claridad de Cristo». Profeta Isaías: «El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz».

Pablo a Tito: «Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador—que se entregó para por nosotros… para crear un pueblo elegido» Prefacio eucarístico: «Gracias al misterio de tu Palabra hecha carne, la luz de tu gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor». La luz es el símbolo que irradia en la Noche de Navidad.

• Esta luz no es el esplendor de los fuegos de artificio. Tampoco la de los reflectores que iluminan los escenarios de los espectáculos. Ni las luces que revisten de magia a parques y monumentos.

• Es la luz del misterio de la Palabra hecha carne. La luz de Dios que se hace visible como un no-dios. La luz que ha sido preparada para todos los pueblos. La luz del amor que brilla mortecina sin jamás apagarse. La luz de la fe que nos acompaña en esta vida hasta llegar a la luz eterna.

• Esta luz es una criatura nacida fuera del hogar y envuelta en pañales. Es el Niño que se convertirá en signo de contradicción. Es el niño judío criado por sus padres hasta que salió de su hogar en Nazaret y emprendió la misión que el Padre le había confiado. Es Jesús que llevará encendida la llama del amor hasta la cruz.

• Jean-Marie Pirot, Arcabas (1926-2018): Natividad de Jesús

 

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Claves para la homilía: Julián Riquelme

• Contexto - Palestina, año 1: No se sabe cuándo nació Jesús; pero si murió, quiere decir que nació en un lugar, en una fecha, y como un niño normal. - Grecia, año 80: En el Relato de la Infancia del Nazareno, su nacimiento es importante, por lo que fue su vida, su muerte y su resurrección. Hizo presente a Dios, amando, dándose, y entregándose a los demás.

• Sentido El Evangelio se refiere al “Nacimiento de Jesús”. En este relato de su infancia se pueden destacar, entre otros, estos aspectos.

• Las circunstancias y el hecho del nacimiento (2,1-7). Las circunstancias de este nacimiento no son confortables: su país no es libre, sino sometido a una potencia extranjera; su familia está de camino y no en su hogar (2,1-6). El hecho: "María da a luz a su Hijo primogénito; lo envuelve en pañales, y lo acuesta en un pesebre, porque donde se alojan no hay lugar para ellos" (2,7). Lección: La sencillez de Cristo, desde el pesebre a la cruz, convoca al silencio contemplativo, y a trabajar por la felicidad de todos.

• El mesianismo universal del recién nacido (2,8-12). "Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor" (2,10-11). Se indica que ya ha nacido el Salvador de todos los seres humanos: El título "Mesías" es el que dan los cristianos de origen judío al Nazareno, mientras la denominación "Señor" es la manera cómo invocan a Jesús sus seguidores de origen griego. Moraleja: Están más preparados para escucharlo, quienes tienen el corazón humilde y no orgulloso, como los pastores, la profesión más despreciada y marginada de aquella sociedad.

• El amor como motivo del acontecimiento (2,13-14). “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres amados por Él!” (2,14). Los ángeles invitan a hacer germinar la Paz sobre la tierra, pues Dios ama a todos los seres humanos. Mensaje: El objetivo de esta fiesta es que aprendamos a amar. El seguimiento de Jesús enseña a descubrir el amor de Dios en nuestra propia experiencia, y a comunicarlo a nuestros prójimos: Él es la Vida y la Luz de los hombres (Jn 1,4).

• Icono bizantino de la Natividad, siglo xv.

Fiesta de la Sagrada Familia (aquí)