EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 20º durante el año


Botón homilético                                                                                               Francisco Quijano OP

 

Domingo 20º durante el año (17.8.2014): Mateo 15, 21-28

● Sorprendente episodio: Jesús no hace caso a la petición de la mujer cananea. Sus discípulos piden que la despida. Jesús da muestra de una mentalidad nacionalista estrecha, menosprecia a la mujer. La mujer no se arredra, insiste. ¿Habrán sucedido así las cosas? ¿Por qué se habrá conservado este pasaje que deja mal parados a Jesús y sus discípulos?

● Jesús anunció la llegada del Reino de Dios en Galilea y Judea, incursionó esporádicamente más allá de estas fronteras. Lo anunció ante todo a los propios judíos. Esos fueron límites debidos a su condición de judío. Con todo, su misión iba más allá de estos límites, pero este alcance universal no apareció con toda claridad sino después de su resurrección. En su vida mortal Jesús fue descubriendo, como uno de nosotros, lo que Dios, su Padre, le iba mostrando acerca de su misión.

● Este episodio anticipa la misión universal proclamada en el episodio final del Evangelio de Mateo: «Vayan y hagan discípulos entre todos los pueblos» (28, 19). El episodio de la cananea refleja también el cambio de mentalidad que los primeros discípulos de origen judío tuvieron que experimentar para aceptar compañeros que venían del mundo no judío.

 

• Mármol del siglo X: Jesús y la mujer ananea

 

 

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Claves para la homilía                                                                              Julián Riquelme OP
 

 

Domingo vigésimo del Tiempo durante el año: Mt 15,21-28

● Contexto. ‒ Palestina, año 30: Inicialmente, hasta el mismo Jesús imaginaba que el Reino de Dios vendría primero para los judíos, y después, en el futuro, para los pueblos extranjeros. ‒ Antioquía (Siria), año 80: En la controversia sobre la aceptación de los paganos en la comunidad, lo más importante es la fe-confianza en Jesús, y no tanto la pertenencia a un pueblo o religión.

● Sentido. El Evangelio trata de la “Sanación de la hija de la Cananea”. El relato intenta romper con el esquema que algunos cristianos de entonces pretendían mantener: Judío = creyente; y extranjero = pagano y ateo. En el texto se pueden distinguir las siguientes partes:

♦ Petición de la Cananea y actitud de los discípulos y de Jesús (15,21-23). Después de una violenta discusión con los fariseos y letrados, acerca de los alimentos puros e impuros, Jesús se retira a un territorio pagano. Los discípulos sólo quieren quitarse de encima a la cananea, porque les viene molestando. Jesús toma en serio el dolor de esa madre. La respuesta de Jesús: "Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel", no va dirigida a los discípulos, sino a la cananea. ‒ Si una persona tiene fe en Jesús, no se puede impedir su pertenencia a la comunidad aunque sea “pagana”.

♦ Diálogo entre la mujer y Jesús (15,24-27). La alusión de Jesús a los perros es dura. Los perros eran considerados impuros en esa cultura hebrea: se llamaba “perros inmundos”, “perros herejes” a los cananeos y a los extranjeros. Jesús no podía prescindir de su educación y de los prejuicios que el pueblo judío arrastraba. Sin embargo, la mujer pagana distingue entre los perros salvajes y las mascotas, es decir, los cachorros, que son como de la familia y que los niños los aprecian mucho. Ante esta situación, Jesús, dispuesto a aprender, incluso de una mujer y además pagana, da el paso hacia la apertura. Jesús aprende y la cananea también aprende. ‒ Dios es de todos, y todos y cada uno de los seres humanos son igual de valiosos para Él.

♦ Apertura de Jesús y sanación de la niña (15,28). Este relato resalta la capacidad de reacción de Jesús. Sabe cambiar en un instante y descubrir lo que en aquella mujer había de auténtica humanización. Además, descubre que esa mujer, aparentemente no discípula, tiene más confianza en Él que quienes le siguen desde hace tiempo. Cuando la madre se encuentra a sí misma con la ayuda de Jesús, empieza a solucionarse el problema de la hija. Al descubrir esta actitud, Jesús puede declarar que su hija está sanada. ‒ La confianza en Dios no puede fundamentarse en lo que yo soy, sino en lo que Dios es para mí; pero todo lo que Dios es para mí, lo es para todos los seres humanos sin excepción.

 

• Pieter Lastman (1583-1633): Jesús y la mujer cananea, 1617