Botón homilético Francisco Quijano OP
Domingo 19º durante el año (9.8.2015): Juan 6,41-51
● Jesús invita a hacer una prueba personal que provoca dudas: ¿me la juego por él? ¿no es acaso tan humano como yo? El que invita encierra un misterio desconocido.
● Dios ofrece signos de su presencia: la esplendidez de su don, pero a él nadie lo ha visto. Si quieres acceder a él, confía en quien lo ha visto.
● ¿Quién es él? El enviado por Dios, Jesús mismo. Lo proclama a viva voz: quien cree en mí tiene vida eterna, vida de resurrección, vida de Dios.
● ¿Es posible? No para ti sin ti. Es un misterio de amor: el Padre te seduce y te atrae; tú buscas, te dejas seducir, te enamoras.
● Haz la prueba: come el pan vivo, no morirás, vivirás para siempre. Ese pan soy yo, mi carne, que es mi vida para que el mundo tenga vida.
● Jesús ha dado un paso más en la revelación de su misterio y su destino. Espera una respuesta.
• El maná: ilustración de la Biblia Morgan, 1244-1254
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Domingo 19º del Tiempo durante el año: Juan 6,41-51
◙ Contexto. • Palestina, año 30: A la gente le cuesta aceptar el Evangelio que proclama Jesús. • Jerusalén, año 100: Acercarse a Cristo, que murió y está resucitado, trae Vida Nueva al mundo.
◙ Sentido. Todo el “Discurso del Pan de Vida” tiende a dar confianza, ánimo, y fortaleza a los oyentes. El trozo bíblico de hoy, ofrece, al menos, tres subtemas:
● Invitación a no murmurar contra el Evangelio (Jn 6,41-43). La expresión “pan” significa a la vez el alimento diario, la persona de Cristo, el Evangelio, y la eucaristía. Los judíos critican al Maestro de Nazareth por haber dicho: "Yo soy el pan bajado del cielo". No pueden compaginar esta afirmación mesiánica con su origen familiar sencillo. Por su parte, el Señor, los llama a superar estas murmuraciones.
● Gratuidad de la vida y de la resurrección (Jn 6,44-48). Continúa Jesús: “Nadie puede venir a mí, si no lo trae el Padre; y Yo lo resucitaré en el último día; el que cree tiene Vida eterna; Yo soy el pan de Vida”. El Padre se preocupa de la vida de todos, y entrega a Cristo el poder de resucitar. Si adherimos por la fe al Maestro de Nazareth, comenzaremos a caminar al interior de un mundo nuevo.
● Asimilación de Cristo como alimento de vida (Jn 6,49-51). El Señor termina con estas palabras: “Sus padres, en el desierto, comieron el maná, y murieron. Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá eternamente; y el pan, que Yo daré, es mi carne para la Vida del mundo”. Jesús comunica la vida de modo definitivo, pleno e indestructible. Nuestra tarea es vencer las resistencias de todo germen de muerte, alimentándonos siempre de Cristo.
• Panes y pescados: mosaico de la iglesia de Tabgha a orillas del Mar de Galilea
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