Botón homilético Francisco Quijano OP
Domingo 18º durante el año (31.7.2016) Col 3,1-5.9-11 Lc 12,13-21
● Con motivo de muertes y desgracias, la gente del campo en México decía endenantes: «Uno no tiene la vida comprada». La parábola del terrateniente rico que se dijo: «Ya tienes bienes acumulados para muchos años, descansa, come, bebe y date a la buena vida», es una ilustración del dicho campesino.
● Vivimos en un medio cultural contradictorio: por un lado, una tendencia a asegurar el futuro, con razón si se trata de seguros y previsiones sociales, sin razón si se trata de acumular bienes. Por otro, ansiedad ante el futuro por pérdida del trabajo, violencia, ataques, persecuciones. Con otra expresión de endenantes, mucha gente «vive con el Jesús en la boca».
● ¿Qué nos enseña el Señor ante los pleitos por posesiones y riquezas? ¿A qué nos invita con la parábola del terrateniente rico? «Eviten la codicia». «La vida no depende de la abundancia de los bienes». «No amontonen para sí, háganse ricos de lo que vale ante Dios».
● Un sabio de la antigüedad, Qohélet, constata: «Hay quien se agota trabajando, pone en ello todo su talento, su ciencia, su habilidad, luego tiene que dejárselo a otro que no trabajó. Vana ilusión y gran desventura».
● Pablo a su vez nos invita a descubrir que «nuestra vida está escondida con Cristo en Dios». Es un llamado a centrar la vida en lo que realmente cuenta: quién soy yo, quién es mi prójimo, qué lugar ocupan en mi mente y mi corazón personas que no cuentan porque nada tienen o porque han sido despojadas aun de su dignidad.
⦁ Rembrandt: Parábola del hombre rico, 1627
Claves para la homilía Julián Riquelme OP
◙ Contexto ► Palestina, año 30: Varias personas piensan que las riquezas son signos de la bendición de Dios (cf. Gn 49,25; Dt 28,1-4). ► Grecia, año 80: Hay gente que se deja tentar por la codicia, que es el deseo desordenado sobre todo por el dinero. La codicia se convierte así en la raíz de conflictos personales, familiares y sociales.
◙ Sentido El Evangelio contiene una "enseñanza sobre las riquezas". En el texto se pueden distinguir las siguientes partes:
● Diálogo (Lc 12,13-15). A partir de un conflicto particular, Cristo orienta la atención hacia un mensaje fundamental: La verdadera felicidad del ser humano no es objeto de dominio, como pueden ser los bienes de la tierra. Por tanto, hay que tener cuidado con la codicia.
● Parábola (Lc 12,16-20). La acumulación de riquezas conlleva varios peligros: la autosuficiencia y la instalación, el olvido de la condición de criatura y el ignorar a los pobres. En la comparación ofrecida por el Señor, el hombre rico en bienes y cosechas, no es maduro ante Dios, pues prácticamente ha perdido el sentido de la vida: "¿Y para quién será lo que has amontonado?" (Lc 12,20).
● Invitación (Lc 12,21). Jesús llama a caminar con sencillez ante "los ojos de Dios", es decir, a considerar a Dios como Padre, a ser abiertos a todas las personas, y a amar con responsabilidad. Lo esencial es vivir la experiencia del Reinado de Dios. Este es el camino para renovar radicalmente las personas y el mundo.
⦁ Holbein: Parábola del hombre rico
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