EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 2º de Adviento


Botón homilético                                                                                                       Francisco Quijano OP

Domingo 2º de Adviento (4.12.2016) Mateo 3, 1-12

● Dice Juan el Bautista: «De estas piedras Dios puede hacer surgir hijos de Abraham». Otro profeta, Ezequiel, dice: «Les quitaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne”. ¿Qué significan palabras, indudablemente metafóricas, que aluden a una alteración radical de las cosas?

● Personas duras como piedra, corazones duros como diamante. Puede darse un empecinamiento en la gente, su conducta, su mente, su corazón. ¿A qué se debe? ¿Por qué se llega a formar un caparazón del yo tan duro como diamante?

● Quizá es como una sedimentación imperceptible de capas de materia que van sobreañadiéndose hasta conformar una costra. Con el tiempo, sin apercibirse, se crea una coraza protectora dentro de la cual uno se encierra.

● Pero si seguimos con estas imágenes, no desentrañamos el sentido de la metáfora. No somos materia sedimentada, no somos piedra, no somos diamante, no somos coraza. Nuestra dureza, nuestro caparazón, está formado por hábitos, costumbres, maneras rutinarias de sentir, hacer y pensar.

● Si creemos que estas formas de ser tienen la dureza de una piedra, que son un caparazón inquebrantable, los profetas, Juan, Ezequiel, Jesús, te dicen: no, tú eres una criatura viva, tú estás llamada a crecer, florecer y dar fruto.

● Así lo dice Isaías: «Saldrá una rama del tronco de Jesé, un retoño brotará de sus raíces. Sobre él reposará el Espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor». Es una voz profética que te invita a redescubrir en ti la vitalidad del Espíritu, a lo cual alude este breve poema de Gariel Zaid:

Acata la hermosura
y ríndete,
corazón duro.

Acata la verdad
y endurécete
contra la marea.

O suéltate, quizá,
como el Espíritu
fiel sobre las aguas.

 

• Matthias Grünewald (1470-1528): Juan Bautista en el Retablo de Isenheim

 

 

Claves para la homilía                                                                                         Julián Riquelme OP

◙ Contexto ► Palestina, año 30: En tiempos del Bautista, la gente sufre la opresión política de los romanos y la opresión religiosa de los fariseos y saduceos, y a la vez espera la Venida del Reino de Dios. ► Siria, año 80: Hay que vivir y anunciar la "conversión" del corazón, de la mentalidad y de las actitudes.

◙ Sentido El tema del Evangelio es: "El Bautista anuncia al Mesías, que está por llegar". El texto se podría dividir así:

● Resumen de la misión de Juan (Mt 3,1-6). El Precursor aparece en el desierto, y mantiene encendida la llama de la esperanza. Su convocatoria es apremiante: "Conviértanse". Impacta su testimonio de vida. Muchos se ponen en camino, allanando senderos de justicia. Se hacen bautizar en el río Jordán, y crean nuevas rutas.

● El Bautista predica la conversión (Mt 3,7-10). A las personas, que vienen con distintas actitudes a bautizarse, Juan les aclara que la "conversión" sincera es cambiar la dirección de nuestro caminar. Para la verdadera conversión, no basta el orgullo de raza, como pertenecer al pueblo de Abraham; es necesario revisar nuestros juicios, seguridades y convicciones, para que coincidan con la actitud del Dios de la vida.

● El Precursor anuncia la Venida del Mesías (Mt 3,11-12). Juan compara su ministerio con el del Futuro Liberador: el Precursor bautiza con agua para convocar a la práctica de la justicia; sin embargo, el Mesías será el Líder del Nuevo Pueblo, enriquecido por el Espíritu Santo y por el fuego del amor de Dios. Si bien con imágenes justicieras, el Bautista invita a cada persona a responsabilizarse de sus actos ante el Liberador, que está por llegar.

• Arcabas (Metz, 1926) San Juan Bautista