Amor delante de mí Amor detrás de mí Amor a mi izquierda Amor a mi derecha Amor encima de mí Amor debajo de mí Amor hacia mí Amor en mi entorno Amor a todos Amor al universo |
Paz delante de mí |
Luz delante de mí |
La Oración de la Luz, en la que se invoca el Amor y la Paz, ha sido recitada en las cuatro clases multitudinarias de Naam Yoga que ha impartido el Dr. Joseph Michel Levry en la Ciudad de México.
Este tipo de plegaria se remota a tiempos tan antiguos como la que se dirigía a la más antigua diosa asiria del amor y fecundidad Ishtar:
Delante de Ti, hay un genio.
Tras de Ti, una Fortuna.
A tu derecha, está la Justicia.
A tu izquierda, el Bien.
O en la oración judía al Dios Todopoderoso, Señor de Israel, que dice:
Miguel esté a mi derecha,
Gabriel a mi izquierda,
Rafael delante de mí,
Detrás de mi Uriel.
Y por encima de mí,
la Divina Presencia de Dios.
Una famosa oración del siglo VIII se atribuye a san Patricio:
Cristo esté conmigo,
Cristo delante de mí,
Cristo detrás de mí,
Cristo esté en mí,
Cristo debajo de mí,
Cristo sobre de mí,
Cristo esté a mi derecha,
Cristo esté a mi izquierda,
Cristo esté donde esté yo.
El 23 de noviembre de 1621, la inquisición Portuguesa condenaba a Louiza Sousa a llevar el sambenito perpetuo por recitar una oración que se consideraba cripto judía:
Dios delante y yo detrás,
Dios detrás y yo adelante.
Sin embargo, por las mismas fechas en regiones de España se recitaban oraciones similares y eran acogidas piadosamente por comunidades cristianas:
Dios conmigo y yo con Él,
Él delante, yo detrás de Él.
Dios conmigo y yo con Él,
Dios nos amanezca con bien.
Dios conmigo y yo con Él,
Dios delante y yo detrás de Él,
hasta la Casa Santa de Jerusalén.
Estas plegarias y oraciones llegaron también a América Latina y se integraron al folklore y la tradición religiosa popular, conservando su formato, e incluso algunas se transformaron en conjuros contra males o ensalmos para curaciones:
Con Dios me acuesto,
con Dios me levanto,
de las gracias y dones
del Espíritu Santo.
Dios delante, yo detrás,
Dios y Jesús de mi vida,
que en la cruz estás por mí,
en la hora de la muerte,
Señor, acordaros de mí.
Tenemos también esta oración i conjuro de mucha eficacia contra ladrones, bestias feroces, fantasmas, brujos i el diablo, recojida en Cauquenes, Chile:
Ánjel mío, San Gabriel,
príncipe de los Ánjeles,
de la Iglesia Rei,
dueño de las Jerarquías,
Luz mía,
ampararle noche i día.
Conmigo, Dios con El,
Dios adelante i yo detrás de Él.
Salga el mal i entre el bien,
como la Virjen entró
a la casa santa de Jerusalén.
En rito católico de la unción a los enfermos, se dice esta bendición final:
Que nuestro Señor Jesucristo
permanezca contigo para defenderte.
Vaya siempre delante de ti para guiarte
y detrás de ti para protegerte.
Que poniendo en ti sus ojos te conserve
y te bendiga.
Este forma de oración continuará perviviendo y acompañando culturas y creencias muchos años más.
Septiembre 2017
en-RED-ados
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