Botón homilético Francisco Quijano OP
Domingo 6º durante el año (11.2.2018): Marcos 1, 40-45
• Apartheid (en afrikáans): Segregación (en español). En tiempos de Jesús los leprosos, a más de padecer su mal, eran segregados de la sociedad y del culto religioso.
• Un leproso se acerca a Jesús, transgrede la segregación. Jesús extiende la mano y lo toca, transgrede el tabú legal. Antes siquiera de la curación, ocurre otro milagro: Jesús se identifica con la humanidad del leproso.
• El leproso súplica: «Si quieres, puedes…». Jesús decide: «Sí, quiero…». Una palabra soberana, como en la creación de Dios: recrea al leproso en su integridad y lo integra a la sociedad.
• El leproso comprende que ha sido integrado a la vida con todos, lo agradece proclamando voz en cuello el don recibido. Imposible guardar en secreto esa maravilla, como Jesús se lo había pedido.
• Tenemos una acción profética de alcance universal para todo tiempo. En Jesús, Dios revela lo que quiere: una humanidad nueva, recreada. En el leproso curado, una humanidad nueva, recreada, exulta de gozo sin que nadie pueda impedírselo.
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● Contexto. - Palestina, año 30: A los leprosos se los considera como muertos en vida, y la ley prohibe acercarse a ellos (Nm 12,12; Lv 13,1-59). - Roma, año 70: Los seguidores de Cristo son perseguidos, porque no son arribistas y se preocupan de los excluidos de la sociedad.
● Sentido. El presente relato, que contiene “la actividad sanativa y liberadora de Cristo”, ofrece el siguiente esquema:
♦ La sanación de un leproso (Mc 1,40-42). El enfermo, que vive en la región de Galilea, descubre el Amor de Dios en la persona de Jesús de Nazaret. Su dolor y su fe lo mueven a pedirle ayuda con gestos suplicantes. - ¿Cuáles son las nuevas lepras, los nuevos excluidos y los nuevos marginados hoy?
♦ El doble mandato (Mc 1,43-44). Primero, Cristo ordena al ex leproso guardar silencio, para que asimile el sentido más hondo del don recibido. Después, el Señor encarga al ex enfermo ir a los sacerdotes para que, mediante la confirmación y el testimonio de la sanación, sea reincorporado a la vida y a la liturgia del pueblo. - Para los seguidores de Jesús, si una ley es inhumana, es injusta y se ha de buscar la manera de derogarla.
♦ El sanado se convierte en predicador (Mc 1,45). El ex leproso, en vez de callar, da a conocer el asunto a todo el mundo. Así, el que había estado excluido de la sociedad y de la religión durante largo tiempo, pasa a ser ahora el pregonero de su nueva experiencia. Por su parte, Jesús se retira a regiones alejadas de la población, pero acuden a Él de todas partes. - Mientras peregrinamos en la tierra, los seguidores de Cristo siempre debemos actuar en favor de la vida del pueblo, de las personas que sufren.
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