PALABRA DEL MES

9Mz Un Giro Radical 10Mz
‒ Francisco Quijano

Todo indica que el 9Mz habrá un paro gigantesco de mujeres de todas las edades, de ancianas a niñas, tan solo éstas en preescolar hasta secundaria con sus maestras son más de 14 millones, de un total de 68.6 millones de mujeres en el país. La magnitud de este paro corresponde a la magnitud de las causas que lo provocan: los feminicidios de Abril, Ingrid, Fátima y de muchas mujeres más, perpetrados con suma crueldad, que son la consecuencia más atroz de un mal sistémico que infecta a toda la sociedad. Esta violencia comienza en el seno familiar por prejuicios de género y malos tratos contra las mujeres. De la familia pasa al ámbito público donde todo falla: diez feminicidios al día, además de chantajes, vejaciones, golpizas, dominación, abusos de autoridad...

Verónica Mastretta publicó a próposito del crimen contra Fátima una columna en Milenio con el título: Falló todo. Enumera: ministerio público, familiares de Giovanna, autoridades de la escuela, fiscalía especializada, cámaras de vigilancia, poder judicial, poder legislativo...

Yo añado: falló la iglesia, obispos y clérigos. Falló en lo que considera su timbre de gloria, la familia, de la cual se dijo en el Sínodo de 2014: «Regazo de alegrías y pruebas, de afectos profundos y relaciones a veces heridas, la familia es una auténtica “escuela de humanidad”, de la que se percibe fuertemente la necesidad». Sí. Pero hay que decirlo todo. La familia es también un enclave pervertido de inhumanidad. Nomás leer el sadismo con que Carlos Denegri maltrataba a las mujeres. Enrique Serna, en la novela El vendedor de silencio, cuenta actos de violencia sádica del periodista más prestigioso de México en los años 40 a 70 de fama mundial, actos que se repiten cotidianamente hasta el día de hoy.

Fallamos porque este pueblo, que decimos «guadalupano», que tiene en sus hogares imágenes de la Guadalupana a quien venera, Ella que se presentó como «la Madre del Verdadero Dios por Quien se Vive», este pueblo muchos de cuyos varones dominan, desprecian, insultan, violentan, golpean, hieren y matan a sus mujeres, este pueblo que peregrina devoto a la Basílica de Guadalupe y a otros santuarios marianos, parece impasible ante estos crímenes, este pueblo también ha fallado. No acata el mandamiento primordial en el que se sustenta nuestra humanidad: ¡No matarás!

Verónica Mastretta termina su columna en esta vena, que pone en evidencia cuál es la causa, no única, sí primerísima, de este mal sistémico, la impunidad ‒uno de cada 10 delitos penales llega a proceso y todavía menos a condena‒, contra la cual la sociedad toda no se ha levantado aún para decir: ¡Ya basta!

«Fallamos –dice ella– los adultos de nuestro país que no hemos sabido hacer valer ante todas las fuerzas políticas la necesidad urgente de modernizar y fortalecer a los sistemas de administración de justicia federales y estatales para que de verdad se reduzcan los índices de impunidad en todos los delitos, en particular los que se cometen contra la infancia».

«Como sociedad hemos exigido derechos pero consistentemente hemos dado la espalda a nuestras obligaciones más fundamentales: el cuidado de la infancia y el cuidado de la naturaleza».

«Quizá es que casi todos hemos estado ciegos en algún grado, con las prioridades equivocadas mientras perdemos de vista lo más valioso que tenemos. Por eso necesitamos parar y entender qué papel, por humilde que sea, podemos jugar para lograr los cambios que son absolutamente indispensables para acabar con la impunidad y la violencia que la acompaña».

9Mz #UnDiaSinNosotras ¿Qué vendrá después? Quitarse de encima males sistémicos tan graves como estos requiere una lucha de toda la sociedad por el tiempo que haga falta: un año, cinco, diez, veinte, cuarenta...

En Sudáfrica, con Nelson Mandela desde 1962, año en que lo apresaron, hasta 1990 en que salió libre y comenzó con Frederick de Klerk el desmantelamiento del apartheid, fueron más de 30 años, y todavía falta... En Estados Unidos, la lucha por los derechos civiles comenzó en 1955, cuando Rosa Parks tuvo el arrojo de un acto de rebeldía en un autobús de Montgomery: no moverse de su asiento ante las amenazas de un hombre blanco. Esto provocó un boicot de autobuses y desató el movimiento. Siguió Martin Luther King con su célebre discurso del 28 de agosto de 1963 en el Lincoln Memorial: I have a dream. Aun después de la promulgación de la Ley de Derechos Civiles en 1964, el 3 de abril de 1968, él mismo pronunció otro célebre discurso en apoyo a una huelga de recolectores de basura en Memphis, que fue premonitorio de su asesinato al día siguiente: I’ve been at the mountaintop. Y todavía falta...

Arussi Unda, vocera de las Brujas del Mar, dijo en una entrevista cómo empezó el anuncio del paro el 9Mz con la consigna: El Nueve Ninguna Se Mueve.

«El colectivo de las Brujas del Mar hicimos la imagen y la pusimos en redes, pero fue una planeación en conjunto con varios colectivos y varias agrupaciones, nomás para que no crean que las Brujas del Mar somos las que inventamos todo».

«Ahora tiene muchos significados, ya no nada más es una manifestación contra la violencia de la mujer, es visibilizar también el trabajo no remunerado, visibilizar las condiciones precarias y los sueldos tan bajos de las mujeres, visibilizar cuántas mujeres están viviendo al día, cuántas mujeres son la base de negocios, de empresas e instituciones, eso es lo importante…».

Hace falta un giro radical: que la sociedad, impulsada por sus mujeres, con sus propios e innumerables agentes, se involucre en un movimiento potente, consistente, inteligente, con acciones precisas para erradicar la impunidad. Será un camino largo de lucha para cambiar las condiciones sistémicas que propician y encubren la violencia de género en la familia y en la sociedad.

Un giro radical en la sociedad. Hay una tendencia a zafarse de responsabilidades. Mirar a un lado y decir: «Son los otros». Asesinos, machos, autoridades del gobierno negligentes, frívolas, corruptas, ministerios públicos, fiscales, jueces desidiosos atrapados en laberintos burocráticos, policías, agentes de seguridad incapaces, que no se respetan ni son respetados, cárceles que son cuevas donde se traman crímenes.

Último botón: la actitud indignante de las autoridades de CDMX, que han intentado pichicatear a Irma Reyes la recompensa por la captura de los asesinos de Fátima. Peor aún, la han despojado de su valor civil y de su ingenio, a ella, la tía del asesino que lo albergó en su casa con su pareja y sus hijos, se las ingenió para que confesaran su crimen, tuvo el arrojo de decirles en su cara que los denunciaría y lo hizo, para que venga luego la fiscalía a atribuirse el éxito de la captura. Irma Reyes es la Rosa Parks de este giro radical.*

Un giro radical para exigir, no esperar más, que los responsables del estado cumplan con el deber de justicia que les corresponde: acabar con la impunidad, recrear instituciones y prácticas que garanticen una vida digna, segura y en paz para todas las personas.

Un giro radical en las familias, en la sociedad entera, en las que hay mucho talento, creatividad, ingenio capaz de dar con iniciativas para enfrentar esta situación, comunicarlas y ponerlas en práctica. Empezar por desarmar las “miniviolencias” en el seno de la familia, desenmascarar chantajes sutiles y celotipias de chamacos adolescentes con las chicas.

Un giro radical en la iglesia para que las mujeres tengan un papel protagónico en sus instituciones. Un giro radical en la pastoral familiar, que no quede en repetir enseñanzas consabidas, sino que incida en cambios de los cuales las propias familias sean protagonistas. Revisar los estereotipos de género que se difunden en las comunidades cristianas sin darse cuenta. Con respeto por la intimidad, cómo hacer que unas familias con otras se ayuden a destrabar conflictos y dulcificar las relaciones.

Ser omisos, aguantarse, sobrellevar la impunidad, convivir con ella, acomodarse con naturalidad, propiciarla, ser parte de ella, eso es evadir responsabilidades. Eso es fallar.

Todo esto requiere voluntad, arrojo, tesón, capacidad, pericia, tiempo, dinero para hacer algo preciso. No sacar cuentas alegres, decir: «A mí eso no me toca hacerlo». En el orden público, por supuesto, corresponde a las autoridades del estado garantizar la vida, la seguridad y la paz de la gente. Ese es su principal y fundamental cometido, no cualquier clase de ocurrencias y sonseras. A ti, como agente activo de la sociedad, te corresponde exigírselo de manera insistente y persistente.

¿Qué viene después del 9Mz? Lo que cada quien, cada familia, cada asociación decidan hacer. Hay mucha experiencia valiosa en múltiples ONGs que están involucradas en el seguimiento de algún aspecto de este mal sistémico.

Un giro radical: a partir del 10Mz la sociedad se hace responsable de la lucha contra la impunidad en distintos frentes, hagan lo que hagan o dejen de hacer esos «otros».

En solidaridad desde Santiago de Chile, fray Paco Quijano OP

5 de marzo de 2020

* Las revelaciones de Irma Reyes sobre el asesinato de la niña Fátima Cecilia por su sobrino y la pareja de este son sobrecogedoras por la crudeza de los hechos, de una gran densidad humana por la actitud de ella y de una sencillez transparente por su sentido de la justicia. Algo fuera de serie en medio de la impunidad que reina en el país. Ver la entrevista del 21 de febrero con Azucena Urresti del Grupo Milenio aquí. (9.30m)