HIMNOS Y SALMOS

Lamentaciones de Jeremías


En la Liturgia de las Horas, que es la oración diaria de la Iglesia, cuyo origen es la oración cantada por los monjes benedictinos, se cantan o se leen en Semana Santa las Lamentaciones atribuidas al profeta Jeremías. Se sabe que no fue él quien las compuso, pero sí corresponden a la época de la conquista de Jerusalén por Nabucodonosor, la destrucción de la ciudad y del templo en el año 586 aC. Jeremías vivió esa catástrofe. Probablemente algunos sobrevivientes compusieron estas elegías o endechas. La propia ciudad de Jerusalén, personificada, se lamenta de su desgracia al igual que sus desolados habitantes que aún permanecen en ella. ¡Y ahora que vivimos en ciudades asediadas por el coronavirus!

En la Biblia Hebrea, estos cinco poemas extensos se cuentan entre los ketuvim o escritos. En la Biblia Cristiana aparecen a lado del Libro de Jeremías. Son poemas alefáticos: cada estrofa corresponde a una de las 22 letras del alefato hebreo. Trascribo 12 estrofas de la primera Lamentación.

Estos poemas han sido cantados a lo largo de la historia. Escucha tres versiones muy diferentes. En canto gregoriano por Giovanni Vianini, fundador y director de la Schola Gregoriana Mediolanensis. En una célebre versión polifónica de Thomas Tallis (1502-1585). En una versión actual del norteamericano Z. Randall Stroope (Albuquerque NM 1953). La ilustración es una litografía de Marc Chagall, Lamentaciones de Jeremías, 1956.

Lamentatio prima (1,1-5) en canto gregoriano por Giovanni Vianini escuchar aquí (4:35m)

Lamentations I, II, III de Thomas Tallis por el ensamble vocal Heinavanker, de Tallinn, Estonia aquí (20:35 m)

Lamentation de Z. Radall Stroope por el conjunto Canticum Novum dirigido por el compositor aquí (4:30 m)
 

Primera Lamentación vv. 1-12

Alef. ¡Ay, cómo yace solitaria
la Ciudad populosa!
Como una viuda se ha quedado
la grande entre las naciones.
La Princesa entre las provincias
ha quedado sometida al tributo.

Bet. Llora que llora por la noche,
las lágrimas surcan sus mejillas.
Ni uno solo hay que la consuele
entre todos sus amantes.
Todos sus amigos la han traicionado,
¡se le han trocado en enemigos!

Gímel. Judá está desterrada, en postración
y en extrema servidumbre.
Sentada entre las naciones,
no encuentra sosiego.
La acosan todos sus perseguidores
entre las angosturas.

Dalet. Las calzadas de Sión están de luto,
nadie viene a las solemnidades.
Todas sus puertas desoladas,
sus sacerdotes gimiendo,
afligidas sus vírgenes,
¡y ella misma en amargura!

He. Sus adversarios están a la cabeza,
sus enemigos bien felices,
porque el Señor la ha afligido
por sus muchos delitos.
Sus niños han partido al cautiverio
delante del opresor.

Waw. De la hija de Sión se ha ido
todo su esplendor.
Sus príncipes son como ciervos
que no encuentran pasto,
caminando van sin fuerzas
delante del opresor.

............

Zayin. Jerusalén recuerda
sus días de miseria y de aflicción,
cuando a manos del adversario
sucumbía su pueblo,

sin que nadie viniera en su ayuda.
Los adversarios la miraban,
riéndose de su ruina.

Jet. Mucho ha pecado Jerusalén,
se ha vuelto cosa impura.
Todos los que la honraban la desprecian,
porque han visto su desnudez,
y ella misma gime
y se vuelve de espaldas.

Tet. Su inmundicia se pega a su ropa;
no pensó ella en su fin,
¡y ha caído estruendosamente!
No hay quien la consuele.
«¡Mira, Señor, mi miseria,
que el enemigo se agiganta!»

Yod. El opresor ha echado mano
a todos sus tesoros,
y ha visto ella a los gentiles
entrar en su santuario,
aquellos de quienes tú ordenaste:
«¡No entrarán en tu asamblea!»

Kaf. Su pueblo entero gime
buscando pan;
dan sus joyas a cambio de alimento,
para sustentar la vida.
«¡Mira, Señor, y contempla
qué envilecida estoy!»

Lámed. «¡Oh vosotros, todos
los que pasáis por el camino,
mirad y ved si hay dolor
semejante a mi dolor,
con el que el Señor me ha herido
el día de su ardiente cólera!

 

Letra de la Lamentación de Z. Randall Stroope

 

Ah, Ah!
Ah, Ah!
Ah, Ah!
Ah, Ah!
O vos omnes!
O vos omnes!
O vos omnes!
Qui transitis per viam, o vos omnes!
O vos omnes!
Qui transitis per viam, o vos omnes!
O vos omnes!
Attendite, atendite!
Videte, videte, videte, videte!
O vos omnes!
O vos omnes!
Attendite, atendite!
Videte, videte, videte, videte!
Si est dolor, dolor, sicut dolor meus!
Si est dolor, dolor, sicut dolor meus!

O vos omnes!
Recordare domine intuere respice!
Recordare!
Recordare domine oprobrium nostrum!
Recordare!
Recordare domine intuere respice!
Recordare!
Recordare domine oprobrium nostrum!
Recordare!
Recordare, recordare, recordare!
Domine intuere respice!
Si est dolor! Redordare dolor! Recordare!
Recordare meus!
Si est dolor, dolor, sicut dolor!
Recordare, recordare, recordare,
recordare, recordare, recordare!
O vos omnes!
O Domine!
Ah!

 

Por la edición: Francisco Quijano