Evangelio de San Juan 16,5-11
• Jesús menciona cinco veces al Espíritu Santo en sus enseñanzas de la Última Cena. Tres veces lo llama también Consolador o Defensor o Abogado y dos veces Espíritu de la verdad. La primera vez, Jesús promete a sus discípulos que pedirá al Padre el Espíritu para que los acompañe (14,15-17).
• En la segunda vez, Jesús les dice que el Espíritu ocupara su lugar, será la memoria viva de él y les recordará todas sus enseñanzas (14,25-26).
• Después de anunciar a sus discípulos que padecerán persecuciones, les dice por tercera vez que el Espíritu junto con ellos serán sus testigos en el mundo (15,26-27).
• Hoy Jesús les anuncia que el Espíritu Santo será Defensor o Abogado en ausencia suya. Su función será probar al mundo dónde está el pecado, dónde la justicia y cuál es el juicio (16,8-11).
• Este será el juicio: declarar el pecado, por no haber creído en Jesús; realizar cabalmente la justicia, porque él vuelve al Padre de quien salió; dictar sentencia, porque el príncipe de este mundo ha sido condenado.
• Mañana el Evangelio presenta la quinta vez que Jesús habló del Espíritu en la Última Cena, para advertirles que él estará con ellos, a fin de iluminar su mente y fortalecer su corazón frente a su pasión y muerte que son inminentes.
Lectura: Hechos 16,22-34
• Pablo y Silas fueron acusados, apaleados y encarcelados por haber liberado de un espíritu malo a una chiquilla esclava que tenía poderes de adivina, con lo cual proporcionaba ganancias a sus dueños. Estos los acusaron de actuar contra las costumbres de los romanos.
• Estando en la cárcel, Pablo y Silas se pusieron a cantar himnos a medianoche, sobrevino un terremoto, se abrieron las puertas de la prisión, el carcelero creyó que los presos escaparían y trató de matarse. Pablo lo contuvo: «No te hagas ningún daño, estamos todos aquí».
• Es una historia que tiene un final feliz. El carcelero les dice: «Señores, ¿qué debo hacer para alcanzar la salvación?». «Cree en el Señor Jesús y te salvarás, tú y toda tu familia». Y le anunciaron entonces el mensaje del Señor a él y a su familia.
• Termina así Lucas la narración de este episodio: «A esa hora de la noche, el carcelero los atendió y curó sus llagas. Después fue bautizado junto con toda su familia. Luego los hizo subir a su casa y preparó la mesa para festejar con los suyos la alegría de haber creído en Dios».
• Esta es la obra del Paráclito que viene a ocupar el lugar y la función de Jesús. El Espíritu es el Vicario de Cristo en su ausencia, no el que vive en el Vaticano, a quien se suele llamar «Vicario de Cristo».
• Santa Catalina de Siena era aún más audaz, llamaba al Papa: «Il dolce Cristo in terra». Como quiera que sea, el Espíritu Santo es el Defensor y Abogado de quienes creen en Cristo y dan testimonio de él.
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Reflexión – Julián Riquelme
• Contexto - Palestina, año 30: Los líderes judíos, por temor a perder el poder, se equivocaron al condenar a Jesús Mesías. - Jerusalén, año 100: El Espíritu Santo no entregará soluciones prefabricadas a los discípulos. Ellos tendrán que buscar los caminos, las soluciones y las respuestas a los nuevos problemas que se irán presentando.
• Sentido El trozo del Evangelio afirma que el “Espíritu Santo ayudará a los discípulos” en las persecuciones. El texto puede resumirse en tres palabras:
• Tristeza (16,5-6). La partida de Jesús no debe sumergir a los discípulos en la tristeza. Así como los miembros de un grupo quedan desorientados, sin saber qué hacer, si su líder se va, desaparece; de semejante manera, los discípulos sufren, porque se disminuye la presencia física del Maestro, les falta la palabra que les indica hacia dónde caminar, el camino a seguir y los pasos que tienen que dar. Su ida les parecía una catástrofe irreparable. Lección: Cristo no quiere que seamos como niños dependientes, sino personas adultas, libres y responsables, que colaboran en la Venida del Reinado de Dios.
• Conveniencia (16,7). Necesidad de la partida de Jesús. Hasta el momento las autoridades religiosas y civiles habían perseguido solo al Maestro, pero ahora el Nazareno les avisa que vendrán dificultades, complicaciones y persecuciones en el futuro. ¿Qué harán ellos sin Jesús? Cristo les asegura, si Él se va, les enviará el Paráclito, el Valedor, el Espíritu Santo. Moraleja: Dios tiene sus planes, en virtud de los cuales lo que a nosotros nos parece imprescindible, tiene una mejor sustitución: Su partida daba paso a la presencia del Espíritu Santo en medio de la comunidad.
• Espíritu Santo (16,8-11). Respuesta del Espíritu Santo a la persecución. Ahora el Espíritu Santo va a abrir de nuevo el proceso que condenó a Jesús. Este proceso reabierto ocurre en el interior de las personas y de las colectividades, principalmente en su inconsciente colectivo, que hace caminar a los seres humanos entre la luz y las tinieblas. El resultado del proceso vivido por los discípulos en la persecución afirmará, con el auxilio del Espíritu Santo, que Jesús fue el inocente y quienes lo condenaron eran los culpables. Porque: a) “Pecado”: al no creer en el Nazareno “erraron en el blanco”, no lograron la plenitud esperada en su crecimiento, no alcanzaron la plena fidelidad a la alianza, se alejaron de Dios y del prójimo. b) “Justicia”: el Buen Padre Dios acogió a Jesús como Justo, mientras los jueces terrenos que lo condenaron como malhechor se equivocaron. c) “Juicio”: cuando se acepta la Pascua de Cristo en la vida de los discípulos, hasta el mismo “Príncipe de este mundo”, que no es una realidad personal sino simbólica (P. Arturo Sosa, SJ), es echado afuera. Mensaje: En la experiencia y en la práctica del creyente, que participa en la comunidad cristiana, actúa el Espíritu Santo como acusador de todo pecado, injusticia y falsa condena.
Pascua VI: Miércoles (aquí)
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