SEMANA XVIII: EVANGELIOS

Jueves: Santo Domingo de Guzmán


Evangelio de San Mateo 5,13-19

• «Ustedes son la luz del mundo». «O lumen ecclesiae / Oh Luz de la Iglesia», así cantamos los dominicos a santo Domingo en la última oración del día, las Completas. Domingo es luz de la Iglesia por su palabra y por la Orden que quiso que fuera y se llamara de Predicadores.

• La luz es una metáfora feliz para destacar el valor de la palabra. Pertenecemos al género de «seres vivos que tienen palabra» o «animales políticos», a decir de Aristóteles, seres vivos que conviven en la «polis» y conducen su convivencia por el habla, mediante la conversación y el diálogo.

• Dios tiene una Palabra Increada. «Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios y la Palabra era Dios». «Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros». Estos «animales que usan la palabra» para convivir tienen en el seno de su humanidad a la Palabra que existía desde siempre, por la que todo fue creado.

• Antes de que la Palabra se hiciera carne, Dios habló a su pueblo y, por su pueblo, a la humanidad, para guiarla en su peregrinar por la tierra de un modo conforme a su naturaleza. Dice el salmista: «Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero» (119,105).

• Nuestra relación con la palabra es cambiante, como lo somos nosotros. Hay palabras bobas, insulsas. Hay palabras agudas, chispeantes, que provocan estallidos de risa. Hay palabras cariñosas, tiernas, que llenan de consuelo y felicidad. Hay palabras sabias, cargadas de experiencia vivida.

• Hay palabras huecas, palabras que no dicen nada, palabrería. Hay palabras que ofenden, hieren, matan. Hay palabras engañosas, mienten, dicen falsedades, tuercen la verdad. Verborrea que se repite y repite y repite todos los días en escenarios fatuos.

• Hay palabras lúcidas, certeras, que iluminan la vida. Hay palabras transparentes, veraces, que dan cuenta de los hechos, que son testimonio fehaciente. Palabras y diálogos que crean comunidad.

• Domingo tenía palabras de consuelo y de verdad, dicen los testigos de su vida. Tenía palabras de bendición y alabanza, cantaba en el coro y animaba a los frailes a cantar. Tenía palabras de súplica y dolor por la suerte de los pecadores. Al final del día cantamos estas alabanzas en su honor. Escuchar el canto (aquí):

O lumen ecclesiae,
Doctor veritatis,
Rosa patientiae,
Ebur castitatis.
Aquam sapientiae
propinasti gratis.
Praedicator gratiae,
nos iunge beatis.

Oh Luz de la Iglesia,
Doctor de la Verdad,
Rosa de paciencia,
Marfil de castidad;
Agua de sabiduría
gratis nos has dado;
Predicador de la gracia,
únenos a los santos.

 

 Lecturas: Isaías 52,7-10 y II Timoteo 4,1-8

• El «Canto del Mensajero de la Paz» condensa el anuncio de la consolación del Segundo Isaías (cc. 40-55). El poema es de gran intensidad épica: «¡Ya reina tu Dios!». Expresa también delicados sentimientos líricos: «¡El Señor consuela a su pueblo!»

• «Evangelio» quiere decir «Buena Nueva». «Kerygma» significa «Proclama». Son palabras de etimología griega. En hebreo «Bashar» significa «Mensajero de buenas noticias»; se tradujo al griego con la palabra «Euangelizómenos», es decir, «Evangelizador». De estas palabras deriva el género literario «Evangelio», que fue creado para comunicar el mensaje de Jesús.

• San Pablo encomienda a su discípulo Timoteo la misión de anunciar el Evangelio en estos términos: «Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, convence, reprende, exhorta con toda paciencia y pedagogía». Eso fue lo que hizo santo Domingo toda su vida de predicador.

 

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Reflexión: Julián Riquelme

• Contexto - Palestina, año 30: El Jesús histórico pensaba que primero vendría la renovación de todo el pueblo de Israel (Mt 10,6), y posteriormente, en el futuro, ocurriría la entrada de los gentiles o paganos en el Reino de Dios (Mt 8,11). - Antioquía (Siria), año 80: La confesión de fe en Cesarea de Filipo invita a adherir a la persona de Jesús como Mesías, e intenta definir cuál es la misión de la Iglesia.

• Sentido En el Evangelio “Jesús interroga a sus discípulos sobre su persona, primer anuncio de la pasión y reprensión a Pedro” (Mt 16,13-23). En tiempos de Jesús y de la Iglesia primitiva, se constata una fiebre nacionalista extrema, en algunos judíos, especialmente en el movimiento zelota. Los autores de los Evangelios aceptan al Nazareno como Mesías, pero de manera discreta, pues los nacionalistas lo esperan como un Emperador de toda la Tierra. Por eso, relatan que Jesús se retira a Cesarea de Filipo, lugar de paganos o extranjeros (Mt 16,13). El texto puede dividirse en cinco partes:

• ¿Quién es Jesús? (16,13-17). a) La gente: Aunque existan varias opiniones, nadie cree que el Nazareno sea un personaje excepcional en la historia de Israel; la gente entiende a Jesús como un gran profeta; lo estiman, pero no descubren la novedad, que aporta su persona y misión. b) Los discípulos: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy?"; según el relato, Pedro responde en nombre de los discípulos: "Tú eres el Mesías, el hijo de Dios vivo"; el discípulo aparece pronunciando palabras decisivas, capitales y reveladas sobre el Maestro, que son post pascuales. c) El elogio a Pedro: Durante la vida terrena del Nazareno, Pedro no pudo decir a Jesús que era el Mesías, el Enviado de Dios, el Ungido; solo después de la resurrección del Maestro, los discípulos tomaron consciencia del Mesianismo del Nazareno; además, antes de esa experiencia, la idea de “hijo de Dios” era la del Antiguo Testamento: expresaba una especial cercanía a Dios y se aplicaba al rey, a los ángeles e incluso a pueblo judío en su conjunto. La narración dice que Jesús felicita a Pedro, quien se ha dejado mover por la iniciativa gratuita de Dios Padre, y ha hablado en nombre del grupo. La intención de esta felicitación es doble: Una, subrayar cuál es la fe de la Iglesia; otra, hacer de Pedro un principio de unidad de los demás apóstoles y de los bautizados y bautizadas. El hacerse la pregunta: “¿Quién es Jesús para mí?” ayuda a crecer personalmente y en la fe a las comunidades cristianas y a cada bautizado.

• La misión de la Iglesia (16,18-19). Jesús no pudo decir a Pedro, “sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (“ekklesian” = asamblea); porque a Jesús nunca le pasó por la cabeza el fundar una Iglesia; lo que quiso hacer con su predicación, fue purificar la religión judía de todas las adherencias que la hacían incompatible con la Venida del Reinado de Dios. Después de la experiencia de la resurrección de Cristo, la Iglesia está fundamentada sobre la fe en Jesús Mesías. Por otra parte, el texto: “Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo" (16,19), se complementa con este otro trozo del mismo Evangelio: “Si tu hermano peca contra ti, anda y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más... Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano. Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo” (Mt 18,15-18). Ambos textos, con leguaje rabínico, se refieren al tema del “Pecado”: “Pecado” en la Biblia es “errar el blanco”, no lograr la plenitud esperada en un crecimiento, no alcanzar la plena fidelidad a la alianza (cf. Jn 20,23). La misión de la Iglesia, sus comunidades y sus pastores, es acompañar a las personas y los grupos para que alcancen la plenitud humana y, respetada la libertad, se encuentren con el Señor Jesús.

• Secreto mesiánico (16,20). Esta prohibición es de la primitiva comunidad, no de Jesús. Va dirigida a los destinatarios del Evangelio de Mateo. La situación de persecución, tanto por judíos como por los romanos, exige de aquella comunidad cristiana, ubicarse en su contexto, tener tacto y cultivar la pedagogía: hablar abiertamente de Jesús como Mesías, de la misión de la Iglesia y de la apertura a los gentiles, puede provocar reacciones violentas (cf. Mt 7,6). No se puede hablar de Jesús solo a nivel teórico. Hay que identificarse con Él, hacer nuestra su vivencia de Dios y su práctica en relación con el prójimo.

• Primer anuncio de la Pasión (16,21). Los judíos no podían imaginar que los máximos representantes de Dios en la tierra mataran al Mesías. Por otra parte, lo que Jesús hacía y decía estaba desligado de todo poder de dominación, e iba en contra de la doctrina oficial. En estas circunstancias, los líderes religiosos podían eliminarlo, pues era una persona peligrosa para sus intereses. Nosotros, los bautizados y bautizadas, hemos de predicar a Cristo crucificado, piedra de tropiezo para los judíos, y necedad para los gentiles (1 Co 1,22-25).

• Reprensión a Pedro (16,22-23). Pedro simboliza a los discípulos, que buscan imponer un esquema nacionalista de poder, con un Mesías político-imperialista. La respuesta de Jesús a Pedro es casi la misma que dio al demonio, en las tentaciones del desierto. “Tus pensamientos no son los de Dios”: Dios Padre quiere la libertad de todos y cada uno de sus hijos, que el Amor reine entre ellos, que cultiven la equidad social y la justicia. Sin embargo, por lo general, los seres humanos tienden a oprimir y a esclavizar a sus semejantes (cf. Mt 20,25). También nosotros hoy estamos llamados a ajustar nuestros pensamientos con los de Dios, y a despojarnos de lo que deshumaniza y no conduce al encuentro con Jesucristo.

Semana XVIII: Viernes  (aquí)