SEMANA XXV: EVANGELIOS

Lunes: «Nada hay oculto que no llegue a descubrirse»


Evangelio de San Lucas 8,16-18

• La parábola de la vela, que no se debe tapar con una vasija sino ponerla en un candelero para que alumbre, es un símbolo que usa Jesús para aludir al anuncio del Reinado de Dios que él proclama.

• Otras parábolas, como la semilla de mostaza que llega a ser un árbol, o la semilla que crece sin que el sembrador se aperciba de ello, son también un símbolo de la misión y del anuncio de Jesús mismo.

• Él notaba que su predicación suscitaba de pronto admiración y entusiasmo en mucha gente, pero después parecía no dar todo el fruto esperado.

• El comentario que sigue a la parábola da cuenta de esta situación. Es preciso tener confianza, esperanza y paciencia porque «nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse».

• Estas consignas y la parábola tienen una proyección en la historia del anuncio del Evangelio hasta nuestros días.

• Fuera del ámbito del anuncio de los misterios de Dios, este dicho puede aludir a una exigencia de nuestros días: la transparencia de su función que deben rendir quienes ejercen responsabilidades públicas.

 

Lectura: Esdras 1,1-6

• El libro de Esdras comienza con la referencia a una histórica de capital importancia. Ciro, rey de Persia, conquistador de Babilonia, promulga un decreto por el que libera a los judíos de su cautiverio en Babilonia y les concede regresar a su patria.

• Con la repatriación comenzará la reconstrucción del Templo y de la Ciudad Santa. Más importante aún que esta reconstrucción material, será a restauración de la religión judía. Esta restauración es el origen del judaísmo que se vivió en tiempos de Jesús.

 

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Reflexión – Julián Riquelme

• Contexto - Palestina, año 30: Jesús quería que la semilla de la Palabra de Dios, sembrada con sencillez, diera fruto. - Grecia, año 80: La parábola del sembrador es una invitación a escuchar, aceptar y poner en práctica la Palabra de Dios.

• Sentido El Evangelio indica “Cómo hay que escuchar las enseñanzas de Jesús”, mediante tres pequeños dichos. El texto se puede resumir en tres palabras:

• Luz (16). Es necesario irradiar y expandir la luz. Por eso, es absurdo apagarla u ocultarla bajo un tiesto o debajo de la cama. Esta luz es la verdad de Cristo; es la semilla del Reinado de Dios que Jesús ha sembrado en nuestros corazones. Lección: La luz de Cristo, a través de nuestro testimonio, ha de iluminar a la familia, a mi grupo de trabajo y a todo el mundo.

• Evangelio (17). Lo “oculto” y “secreto” aquí no se refiere a nuestra intimidad personal, que pudo haber sido egoísta, sino al Evangelio. La Buena Nueva de Jesús es un regalo de Dios, pleno de misericordia, amistad y amor. Moraleja: Esta es la tarea de todo creyente ser portador transparente y testigo de una Palabra que el mundo la necesita para humanizarse.

• Disposición (18). La frase, para nosotros, parece extraña cuando la interpretamos como que al rico se le dará más y al pobre se le quitará lo poco que tiene. De ninguna manera significa eso. Su sentido es: A quien tiene apertura interior, desapego a los ídolos y disposición para amar a los demás, se le dará más capacidad de amistad y amor; pero a quien no cultiva la humildad y es soberbio, arrogante y ambicioso, quedará vacío por dentro. Mensaje: Somos responsables de hacer retroceder la oscuridad del mundo, y de visibilizar la presencia del Señor con nuestras obras.

Semana XXV: Martes (aquí)