SEMANA XXVII: EVANGELIOS

Lunes: «¿Y quién es mi prójimo?»


Evangelio de San Lucas 10,25-37

• Hoy celebramos a Nuestra Señora del Rosario, una fiesta instituida por el Papa San Pío V, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Victoria, en recuerdo de la batalla naval del 7 de octubre de 1571 en el Golfo de Lepanto en Grecia (hoy Patras) de la Liga de la Cristiandad contra el Imperio Otomano, que intentaba expandirse en Europa. Breve historia del Rosario (aquí).

• Para esta celebración se pueden tomar otras lecturas del profeta Zacarías, de los Hechos de los Apóstoles y del Evangelio de Lucas. Por coincidencia de fechas, hoy corresponde, en la lectura continua de dicho Evangelio, la parábola del buen samaritano, que es un pasaje de excelente cualidad para no dejarlo en el olvido.

• La parábola del buen samaritano contiene un reactivo muy potente para una prueba de humanidad, y un criterio diáfano para someterse a esa prueba: ¿qué es en verdad «ser humano»? ¿qué es «vivir como humano»? ¿qué es afinar tu «sentido de humanidad»? Comienzo por los verbos del relato.

• Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de ladrones, lo desnudaron, lo hirieron, huyeron, lo dejaron medio muerto.

• Un sacerdote bajaba por ese camino, lo vio, pasó de largo. Un levita llegó al lugar, lo vio, pasó de largo.

• Un samaritano iba de camino, pasó junto a él, lo vio, se conmovió; se acercó, vendó sus heridas, las curó; lo subió en su montura, lo llevó a la posada, cuidó de él; sacó dos monedas, las dio al hospedero, encargó que lo cuidara, te pagaré los gastos.

• Los primeros verbos describen de forma concisa el asalto, la golpiza, el estado en que queda la víctima. Luego, solo tres verbos describen la insensibilidad, la dureza de corazón, el desafecto de dos personajes.

• Trece verbos describen el «sentido de humanidad» del samaritano. Lo hacen in crescendo a partir del reactivo que sirve para probar la calidad humana: la «conmoción» que sintió en sus entrañas ese extranjero, ajeno a la religión judía, ante la desgracia del hombre que yacía medio muerto.

• El criterio diáfano para someterse a esta prueba es el diálogo final: «¿Quién de los tres te parece que se comportó como prójimo del que cayó en manos de los asaltantes?» – «El que tuvo compasión de él». – «Ve y haz tú lo mismo».

• Esta parábola es una pieza excelsa de la literatura universal. Abre una interrogación radical: ¿quién vive su humanidad al tope? Muestra los aspectos más oscuros y sórdidos de nuestra humanidad y a la vez sus potencialidades y logros más elevados.

• La cuestión central es: ¿qué está escrito, no en la ley, sino en tu corazón? En nuestra humanidad violenta que genera víctimas y verdugos, esta ley es «amor compasivo». La parábola del buen samaritano es la prueba justa para calibrar la calidad de nuestra condición humana. ¿Estamos dando el ancho?

• En estos días que corren, sería bueno que todos, cada quien en la responsabilidad que le corresponde, en las acciones y omisiones que caen en el campo de su conciencia, calibrara la «calidad de su humanidad» ante las víctimas, quienes quiera que sean, de la violencia cruel que reina en México y en otras partes, como Ucrania y Gaza.

 

Lectura: Gálatas 1,6-12

Este escrito de san Pablo es la Carta Magna de la Libertad Cristiana. El capítulo 5 comienza con esta proclama: «Para ser libres, nos ha liberado Cristo: manténganse firmes y no se dejen atrapar de nuevo bajo el yugo de la esclavitud».

El alegato central de san Pablo, que desarrollará en la Carta a los Romanos, es este: Cristo ha liberado a la humanidad de la muerte y toda esclavitud, sometiéndose él a la maldición de la muerte y sus esclavitudes.

Nosotros por la fe en Cristo somos humanidad nueva en la que ya no hay distinción ni exclusión de judíos y griegos, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos somos uno en Cristo Jesús.

 

• •  

 

Reflexión: Julián Riquelme

• Contexto - Palestina, año 30: Los doctores o maestros de la Ley no habían resuelto el tema: “¿Quién es mi prójimo?” Algunos piensan que es el de la propia raza o religión. - Grecia, año 80: Los primeros cristianos afirman que si los paganos practican la “compasión” (hb. “rahamín”) en relación con las personas que sufren, actúan como Dios.

• Sentido En el Evangelio de hoy pueden destacarse, entre otros, estos aspectos:

• Diálogo entre Jesús y el escriba (10,25-29). Aunque el doctor de la Ley desea ponerlo a prueba, el Nazareno se centra inicialmente en la Biblia para buscar juntos la voluntad de Dios (Lv 19,18). El amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables: Quien da su adhesión al Señor ha de conformar su práctica a la actitud de Dios, el gran bienhechor de los seres humanos. Finalmente, el doctor de la Ley no conoce con profundidad ni el contenido ni los límites del precepto del amor al prójimo.

• Parábola del samaritano (10,30-35). Jesús destaca que el hombre herido era judío habitante de Judea, mientras que el que se detuvo y lo auxilió era samaritano, habitante de Samaría. El Papa Francisco, en la Carta Fratelli tutti (=Todos hermanos), cap. 2, comenta:
  a) Que este detalle tiene una importancia excepcional para reflexionar sobre el amor que se abre a todos.
  b) Agrega que quienes pasan de largo eran personas religiosas, se dedicaban a dar culto a Dios: un sacerdote y un levita. Mensaje: Lo que a Dios le agrada es que vivamos la fe con apertura del corazón a los hermanos, y esto también es garantía de una auténtica apertura a Dios.

• Pregunta final del Nazareno (10,36-37). Para Jesús, prójimo es el que se acerca a quien tiene necesidad de ayuda. No importa la religión, ni la nación, ni la forma de pensar que tenga. Donde la necesidad llama a tener entrañas de misericordia, nadie es prójimo mío, sino que yo soy prójimo de los demás. No hay otro modo de vivir y actuar en cristiano.

Semana XXVII: Martes (aquí)