SEMANA XXX: EVANGELIOS

Martes: «El Reino de Dios se parece a un poco de levadura en la masa»


Evangelio de San Lucas 13,18-21

• El Reino de Dios, su Reinado, no es sino su presencia en medio de nosotros, una presencia que es como una pizca de levadura que fermenta toda la masa para hacer un buen pan.

Estos son unos «panes de muerto» que comienzan a hacerse en México para la Celebración de Difuntos el día 2 de noviembre. Adornan los altares caseros de muertos, sabrosos para comerlos con su chocolate.

• Eso, levadura con la que se hicieron estos panes, fueron los cristianos en las sociedades del antiguo imperio romano. La Carta a Diogneto es un escrito apologético de finales del siglo II, en el cual se defiende a los cristianos, que son fermento en las sociedades del antiguo imperio romano. Estos son unos párrafos:

  «Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por el lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres. Ellos, en efecto, no tienen ciudades propias, ni utilizan un hablar insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al talento y especulación de hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza basada en autoridad de hombres.

  »Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte, siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble.

  »Habitan en su propia patria, pero como forasteros; toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros; toda tierra extraña es patria para ellos, pero están en toda patria como en tierra extraña. Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que conciben. Tienen la mesa en común, pero no el lecho.

  »Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el Cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan estas leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida.

  »Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo. Sufren la deshonra, y ello les sirve de gloria; sufren detrimento en su fama, y ello atestigua su justicia. Son maldecidos, y bendicen; son tratados con ignominia, y ellos, a cambio, devuelven honor. Hacen el bien, y son castigados como malhechores; y, al ser castigados a muerte, se alegran como si se les diera la vida».

 

Lectura: Efesios 5,21-33

• Este pasaje trata del matrimonio. Comienza con una advertencia a las mujeres que refleja una cultura patriarcal que hoy se cuestiona con razón: «Mujeres, respeten a sus maridos... porque el marido es cabeza de la mujer». No. Marido y mujer son dos personas de igual dignidad.

• Luego advierte a los maridos que traten con amor a sus esposas como a su propio cuerpo. No. Tampoco esto que suena a paternalismo. Ámense mutuamente en amistad recíproca entre iguales.

• Viene en seguida la referencia a los orígenes. No. No son los orígenes de una pareja paradisíaca que no existió. El libro del Génesis alude a los orígenes del amor conyugal: enamoramiento recíproco que es prenda de toda una vida en alianza de amor.

• En este sentido, el matrimonio es símbolo del amor de Cristo y la Iglesia. Con una salvedad: Cristo ama incondicionalmente a la Iglesia; pero la Iglesia, que está formada por personas falibles y pecadoras, debe convertirse siempre hacia su esposo, Cristo. Él, Cristo, es quien se la presenta a sí mismo resplandeciente, sin mancha ni arruga, como una joven esposa.

 

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Reflexión: Julián Riquelme

• Contexto - Palestina, año 30: Jesús enseña a la gente con parábolas, para que crezca su consciencia crítica, y no se dejen arrastrar por las ideologías nacionalistas de fariseos y zelotas. - Grecia, año 80: El Reinado de Dios no comienza por el éxito, sino por la sencillez, la humildad y el anonadamiento del amor solidario, para transformar la vida humana.

• Sentido El Evangelio presenta dos breves parábolas, la de la mostaza y la de la levadura.

• Parábola del grano de mostaza (13,18-19). Decir que “los pájaros del cielo se cobijaron en sus ramas” se entiende desde antiguo a los pueblos paganos (Ez 17,23; Dn 4,9.18). Los nacionalistas mesiánicos confundían el Reinado de Dios con el Reinado de Israel y preferían compararse con un cedro gigante que dominara sobre los árboles del bosque (Ez 17,22-24): Esperaban grandeza y dominio universal. Jesús tiene otra mentalidad: El Reinado de Dios inicia su aparición como una planta totalmente nueva, como un granito de mostaza, que se convierte en un arbusto y los pájaros del cielo, es decir, los pueblos paganos, vienen a cobijarse, armónicamente y en igualdad de condiciones, en sus ramas. Lección: Esta parábola ofrece una imagen distinta de Dios a la del Antiguo Testamento: Dios no es un Dios triunfador, sino un Dios amoroso y humilde servidor de todos los pueblos.

• Parábola de la levadura (13,20-21). La ideología mesiánico nacionalista de fariseos y zelotas espera la instauración gloriosa, externa y repentina del Reinado de Israel. Jesús no está de acuerdo con esta visión: Para Cristo el Reinado de Dios va transformando desde dentro, en forma oculta y eficiente la vida humana; actúa como un puñado de levadura, que una mujer oculta dentro de la masa de medio quintal de harina; esa levadura es capaz de fermentar toda la masa y dar de comer a unas cien personas. Si vivimos el Evangelio podemos transformar desde dentro la sociedad entera. Mensaje: Aquí también cambia la imagen de Dios del Antiguo Testamento: antes era un Dios esplendoroso y glorioso, ahora, al seguir a Jesús, es un Buen Padre Dios oculto y eficiente, que camina con nosotros dentro de los procesos históricos.

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