SEMANA XXXIV: EVANGELIOS

Jueves: «Tengan ánimo, está por llegarles la liberación»


Evangelio de San Lucas 21,20-28

• El asedio del ejército romano a Jerusalén y su destrucción, ocurrida en el año 70 antes de la publicación del Evangelio de Lucas en los años 80, es símbolo de nuestra historia infausta.

• «Ay de las embarazadas o con niños de pecho» ... «Será grande la desgracia de este país» ... «Caerán al filo de la espada» ... «Jerusalén será pisoteada por los paganos»

• Así fue el año 70. Cuatro mil años de historia muestran que esa región ha sido botín de imperios y encrucijada de guerras: Egipto, Asiria, Babilonia, Persia, Grecia, Roma, Bizancio, Califatos árabes, Cruzadas cristianas, Imperio Otomano, Imperio Británico, Conflicto Palestino-Israelí.

• Esa región es símbolo de lo que ha ocurrido en todo el ámbito del planeta. Hay mucho de qué gloriarse por las proezas humanas en infinidad ámbitos de nuestra vida. Hay también mucho de qué lamentarse y avergonzarse.

• En medio de estos conflictos, lo único que habrá de prevalecer es lo bueno: «Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y gloria». La fe proclama: violencia, muerte, pecado fueron vencidos por aquel a quien vencieron en la cruz.

• Con esa fe y esa esperanza hemos de ver nuestra historia de proezas y desgracias: «Tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación».

• Con este ánimo, con esfuerzo, con esperanza, con solidaridad habrá que enfrentar lo que se nos viene: acoger a migrantes expulsados por un autócrata vengativo. En México también tenemos actitudes xenófobas que debemos erradicar.

 

 

Lectura: Daniel 6,12-28

• Episodio simbólico que contiene una verdad crucial. Daniel es acusado de orar al Dios verdadero, en vez de hacerlo al propio rey. Eso, que es simbólico en este libro, fue un hecho real en los primeros siglos del cristianismo: se obligaba a los cristianos a rendir culto al emperador.

• En este libro, Daniel, condenado a morir devorado por los leones, fue salvado milagrosamente por Dios. En esos primeros siglos, los leones sí devoraron realmente a algunos cristianos, entre ellos san Ignacio de Antioquía.

 

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Reflexión: Julián Riquelme

• Contexto - Palestina, año 30: Desde que fue discípulo del Bautista, Jesús utiliza en parte el lenguaje profético y apocalíptico, y se refiere al Reinado de Dios como algo presente y por venir a la vez. - Grecia, año 80: Los seguidores de Cristo son esperanzados y esperanzadores, pues afirman que el Amor de Dios ya está presente y espera a la humanidad en nuestro “ahora” y en el provenir.

• Sentido El Evangelio se refiere a la “Venida (= Manifestación) del Hijo del hombre". Usa el lenguaje apocalíptico, con símbolos que solo las personas en crisis y los perseguidos entienden, y que los anima a seguir luchando, por el advenimiento más pleno del Reinado de Dios. La estructura de este trozo bíblico tiene tres partes:

• Parábola de la higuera (21,29-31). Como cercanos al Lago de Galilea y al Mar Mediterráneo, el Nazareno y sus discípulos ven la primavera como un paso hacia el deseado verano. Con la comparación de la higuera, que reverdece, invitan a interpretar el presente, incluidas las crisis, con un sentido esperanzado y esperanzador: el alumbramiento de un mundo nuevo y la Venida más plena del Reinado de Dios. Lección: Hoy somos invitados, apoyados en la Palabra de Dios, con los aportes de las ciencias exactas y las de la antropología cultural, a descubrir caminos, que conduzcan desde ahora a una mayor fraternidad entre todos y a una armonía con nuestro Planeta.

• Cercanía del Reinado de Dios (21,32). La afirmación Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto”, insiste en que la Venida del Hijo del hombre ya comenzó en la Pascua de Jesús. De hecho, el Nazareno, interrogado por el Sanedrín, declaró que Él era el Mesías y agregó: “En adelante, el Hijo del hombre se sentará a la diestra de Dios todopoderoso” (Lc 22,69; cf. Sal 109,1). Moraleja: Cuando adherimos por la fe y la esperanza a la Pascua de Jesús, y anunciamos el Evangelio a nuestros contemporáneos, nuestras decisiones contienen el Amor de Dios, pues estamos permitiendo el encuentro con Cristo.

• Solidez de la Palabra de Cristo (21.33). El apoyarse en la Palabra de Cristo exige, frente al porvenir, cultivar lo que va en la línea de una auténtica humanización, sin dejarse arrastrar por soluciones fáciles, que dañen a los otros. Mensaje: Los discípulos de Jesús estamos obligados a planificar el futuro, pensando en el bien de todos los seres humanos, especialmente de los pobres.

Semana XXXIV: Viernes (aquí)