EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 2º de Adviento


Lecturas: Isaías 40,1-5.9-11 / Segunda Carta de Pedro 3,8-14 / Marcos 1,1-8

Botón homilético – Francisco Quijano

• «Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios» Buena Noticia, eso significa la palabra «Evangelio». ¿Cuál es el titular a ocho columnas de esta noticia? «JESÚS MESÍAS, HIJO DE DIOS».

• Primero brevemente en la predicación de los apóstoles, después fragmentariamente en la catequesis de las comunidades, al fin de modo narrativo en los Evangelios, así se despliega el testimonio de fe: «JESÚS MESÍAS, HIJO DE DIOS».

• Misterio de un hombre: Jesús de Nazaret. Misterio de una misión: Mesías, Cristo, Ungido para sanar a nuestra humanidad a partir de quienes han sido despojados de ella. Misterio último: ser hijos e hijas en el Hijo de Dios, humanidad nueva en Dios.

• «UNA HUMANIDAD NUEVA EN DIOS» Este es el titular a ocho columnas, no del comienzo de la Buena Noticia, sino de su consumación.

• «CONSUELEN, CONSUELEN A MI PUEBLO» Es el titular a ocho columnas de un anuncio por el año 550 aC. Así comienza el Libro del Segundo Isaías (cc. 40-55).

• El pueblo judío había sido deportado a Babilonia. Esperaban que Ciro, rey de Persia, los liberara y les permitiera regresar a Palestina. Así sucedió. A partir del año 538 aC, los judíos regresaron y comenzaron a reconstruir su sociedad, sus instituciones, su templo.

• Las palabras de este Isaías tuvieron eco en Juan Bautista. Seis siglos después aparece en nuestra humanidad Jesús, Mesías, Hijo de Dios. Él viene a recrear nuestra humanidad liberándonos del pecado y de la muerte, que nos despojan de nuestra humanidad.

• Ambos anuncios aluden al misterio que recorre la historia de la humanidad: Dios va, poco a poco, recreándonos en su amor hasta culminar en la comunión de amistad con él.

• ¿Qué nos dicen ahora? También nosotros necesitamos ser consolados en estos tiempos de pandemia. El consuelo es reconstruir nuestra sociedad, renovar nuestro corazón, ser agentes de sanación y de paz.

 

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Claves para la homilía – Julián Riquelme

• Contexto - Palestina, año 30: A Jesús, un buscador incansable, le llama la atención que aparezca el profeta Juan, después de 400 años sin profecía. Se hace discípulo de él y se deja bautizar por él. - Roma, año 70: Jesús de Nazareth, que murió y está resucitado, ha de ser reconocido, incluso por los paganos, con una autoridad mayor que la del Emperador.

• Sentido El Evangelio de hoy trata del "ministerio de Juan el Bautista". En el texto se pueden subrayar dos aspectos:

• Origen de la Buena Noticia de Jesús, el Mesías. “Preparen el camino del Señor”: Dios siempre está viniendo a nuestro interior y en los acontecimientos; si no lo descubrimos es porque se lo impedimos con alguna actitud nuestra, orientada en otra dirección: Él viene, pero nosotros huimos (Mc 1,3). El Bautista, en el desierto, invita a cambiar el rumbo y la mentalidad, para ser verdaderamente libres; pide al pueblo asumir sus debilidades, para liberarse de toda esclavitud (Mc 1,4). Las multitudes vienen del campo y de la ciudad; dan signos de conversión; y se dejan bautizar por Juan, en un lugar alejado del oficialismo: el "Jordán" representa, para los judíos de entonces, la frontera, que lleva a vivir la liberación en la tierra prometida (Mc 1,5; cf. Jos 3,14-17; Sal 113a,3-5). Lección: Preparemos nuestro interior cultivando las posibilidades de interpretación justa, que Dios ha sembrado en cada uno de nosotros.

• Sencillez y mensaje del Bautista. El estilo de vida de Juan es una opción por lo sencillo para lograr la fraternidad (Mc 1,6). En esta catequesis aparece el Bautista considerando a Jesús como el Mesías, el Ungido de Dios (Mc 1,7). Juan reconoce que su bautismo es inferior al de los cristianos, porque éste hace participar de la misma vida de Dios (Mc 1,8). Mensaje: Somos llamados a desterrar todo tipo de autosuficiencia, en nuestras personas y en nuestra sociedad: "Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos" (Mc 1,2; cf. Is 40,3).

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