Lecturas: Isaías 66,10-14 / Gálatas 6,14-18 / Lucas 10,1-12.17-20
Botón homilético – Francisco Quijano
• Estas palabras del Papa Francisco, espigadas de la Encíclica Evangelii Gaudium - La alegría del Evangelio (nn. 20,21,24), hacen resonar para nuestros días el pasaje evangélico de este domingo:
«En este «¡Vayan!» de Jesús están presentes los escen arios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y todos somos llamados a esta nueva «salida» misionera».
«La alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera. La experimentan los setenta y dos discípulos, que regresan de la misión llenos de gozo».
«La Iglesia en salida es la comunidad de discípulos misioneros que toman la «iniciativa», que se «involucran», que «acompañan», que «fructifican» y «festejan».
«La comunidad evangelizadora experimenta que el Señor tomó la «iniciativa», se ha «anticipado» en el amor; por eso, ella sabe «adelantarse», tomar la «iniciativa» sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos».
«La comunidad evangelizadora se «involucra» con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, achica distancias, se abaja hasta la humillación si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo».
«La comunidad evangelizadora siempre está atenta a los «frutos», porque el Señor la quiere fecunda… Encuentra la manera de que la Palabra se encarne en una situación concreta y dé frutos de vida nueva, aunque en apariencia sean imperfectos o inacabados».
«La comunidad evangelizadora gozosa siempre sabe «festejar… La Iglesia evangeliza y se evangeliza a sí misma con la belleza de la liturgia, la cual también es celebración de la actividad evangelizadora y fuente de un renovado impulso donativo».
Lecturas: Isaías y Gálatas
• Un profeta posterior al exilio en los tiempos de la reconstrucción de Jerusalén y su templo, canta un poema hermoso en tonos líricos de los sentimientos de una madre que da a luz y amamanta a su criatura.
• Con esa imagen evoca a la ciudad de Jerusalén que vive en paz y prosperidad. Y más allá de la ciudad santa, la madre que da a luz y ofrece sus pechos a su criatura se proyecta a Dios con rasgos femeninos de una madre nutricia.
• Pablo de despide de los gálatas recordándoles que lo único valioso es la cruz del Señor, por la cual somos criaturas nuevas incorporadas a Él por el bautismo.
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Claves para la homilía: Julián Riquelme
• Contexto - Palestina, año 30: Jesús camina hacia Jerusalén. En esa ciudad, si es necesario, los profetas entregan su vida para promover la justicia y para mostrar el amor de Dios a todos (cf. Lc 13,33). - Grecia, año 80: Lucas quiere subrayar que Jesús hizo dos envíos: uno, a Israel; y otro, al mundo de los gentiles. La cifra "Doce" significa a Israel (cf. Lc 9,1-6), y el número "setenta y dos" (o "setenta") discípulos se refiere tradicionalmente a las naciones paganas (cf. Lc 10,1-16; AA 2).
• Sentido El Evangelio presenta el “Envío de los setenta y dos discípulos”, es decir, al mundo de los gentiles. Esta puede ser la estructura del texto:
• Vida comunitaria (10,1). No solo para liberarse de los asaltantes del camino, el pasaje acentúa la necesidad de la vida comunitaria de los enviados: "De dos en dos". La experiencia del Reinado de Dios, que incluye amor, justicia y servicio, se participa mejor en la vida en común. Lección: La Iglesia no tiene más finalidad que realizar en el mundo la misión de proclamar el Evangelio.
• Consignas para la misión (10,4-12). Son antitriunfalistas: Estilo de vida y medios de evangelización sencillos (10,4); compartir la hospitalidad que brinda el colaborador de base, sin buscar atenciones preferenciales (10,7-9); y respetar la libertad de quienes pudieran oponerse a la Palabra de Dios (10,5-6.10-12). Moraleja: La sencillez es el mejor método para evangelizar.
• Verdadera alegría (10,17-20). Los discípulos propician el crecimiento personal: la gente se libera del mal. Las enseñanzas del Maestro tienen fuerza para orientar la historia hacia la plenitud de la vida. La alegría de ellos es grande, porque sus nombres están escritos en el "libro de la vida" (cf. Dn 12,1; Ap 3,5). Mensaje: Quienes evangelizan experimentan alegría, porque se sienten personas amadas por Dios, y que Dios cuenta con ellas.
Semana XIV – Lunes (aquí)
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