Lecturas: Éxodo 17,8-13 / II Tim 3,14-4,2 / Lucas 18,1-8
Botón homilético: Francisco Quijano
• Dos lecturas, entre otras más adecuadas, de la parábola de la viuda terca. Una casi psicoanalítica: cómo examinar mis deseos. Otra casi revolucionaria: cómo cambiar la sociedad.
• Take the waiting out of wanting - Quítale al deseo la espera. Fue el eslogan del lanzamiento de una tarjeta de crédito en el Reino Unido por los años 70. ¿Qué quiere decir? Deseas cualquier cosa, al instante la obtienes con tu tarjeta de crédito.
• Este eslogan refleja la cultura en la que vivimos. Un mundo poblado de toda clase de objetos de deseo: cosas y espectáculos, aventuras y experiencias. Lo queremos todo ya, altiro. ¿No pasa eso cuando usas el celular o la computadora?
• La red mundial, las redes sociales, los juegos virtuales, todo eso es para estar entretenido cada vez que se te ocurre algo. El Papa Francisco dice en la Exhortación La alegría del amor que las familias deben educar a sus hijos en la capacidad de esperar, contrarrestar el vicio de «lo quiero, lo tengo».
• La oración es una especie de terapia del deseo. ¿Qué es lo que realmente quiero? ¿Cualquier cosa que se me antoja? ¿Cómo sé qué es lo que más deseo? «Busca y encontrarás», dice otra enseñanza de Jesús sobre la oración.
• Rezar con constancia puede ayudarte a desenredar tus deseos e identificar los que te harán crecer como persona. Le pides a Dios que haga algo por ti, pero él quiere que tú lo hagas por ti.
• Ese juez se burlaba de Dios y de la gente. ¡Cuántos vicios, malas mañas, indiferencia, corrupción, desdén, lacras, hay en la sociedad, la política, el comercio! Todo el sistema de justicia en México es desastroso, solo sirve para fomentar la impunidad.
• El juez es símbolo de todo lo que tuerce la vida social, la política, las instituciones. Una salida fácil es pedir un milagro: votar por un mesías que pondrá todo en su lugar y a los corruptos en la cárcel. ¿Será?
• En este momento, esa expectativa, cargada de rabia contra todo lo malo y todos los malos, campea en Estados Unidos, México, Argentina, Reino Unido, Hungría, Francia, Italia. Es una reacción omnipresente.
• La viuda terca, ¿qué nos enseña? Si quieres de veras enderezar las cosas, tienes que porfiar, porfiar, porfiar, hasta que jueces, fiscales, fuerzas del orden, y toda la parafernalia institucional de la sociedad, se enderecen.
• Si delegas en un mesías el remedio de estas lacras, no harás sino arrimar fertilizante para que florezcan nuevas corrupciones. ¿No es eso a lo que apuntan los mesías que están en la palestra?
• La lucha por la justicia en México, país en el que reina la impunidad, no solo de delicuentes y criminales reconocidos, sino también en quienes han gobernado y hoy en día quienes gobiernan, no vendrá de esta plétora de corruptos que presumen su corrupción, sino de una sociedad en estado de alerta y decidica a superar todo obstáculo.
• La parábola de la viuda terca y el juez inicuo te enseña que Dios no es manipulable por tus deseos; tampoco es un extraterrestre milagroso que arreglará todo en un santiamén. Dios quiere que seas su compañero de aventura en la historia, haciendo lo que te corresponde.
• Jesús termina con una pregunta: «Cuando llegue el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?» ¿De qué fe habla? De la fe de la viuda: su confianza inquebrantable en el Dios que le hará justicia, pese a las burlas del juez. Fe en ella: su voluntad porfiada que forzará al juez a cambiar. Esa fe inquebrantable y porfiada la necesitamos todos.
Lecturas: Éxodo y Timoteo
• El episodio legendario tiene como propósito mostrar que el destino y las batallas, si las hubo, del pueblo judío en el desierto, se debe a Yahveh que lo acompaña, no a las fuerzas y capacidades humanas.
• La oración nos platea esas perplejidades. ¿Por qué pedir algo a Dios, si Él sabe lo que necesitamos? ¿Por qué se cree que podemos forzarlo a darnos lo que pedimos en la oración?
• Lo que en realidad sucede es que la oración nos pone en sintonía con Dios que siempre está presente en nuestras vidas. El viejo catecismo preguntaba: «¿Dónde está Dios?» Y respondía: «En en el cielo, en la tierra y todo lugar, por esencia, presencia y potencia».
• San Pablo conmina a Timoteo, en presencia de Dios y de Cristo Jesús, a que anuncie la palabra, a que insista a tiempo y a destiempo, convenza, reprenda, exhorte con toda paciencia y doctrina.
• Esta recomendación está en consonancia con la firmeza, la constancia y la paciencia con que debemos orar, que Jesús enseña con la parábola de la viuda y el juez. Es también una recomendación de no claudicar sino luchar con tenacidad por el bien.
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Claves para la homilía: Julián Riquelme
• Contexto - Palestina, año 30: Jesús enseña a sus discípulos a orar sin desanimarse. - Grecia, año 80: Puntualizar que el Mesías ya vino, y manifestó que la justicia humana ha de propiciar la igualdad, mientras que la justicia de Dios se identifica con el Amor.
• Sentido El Evangelio contiene la “parábola del juez injusto y la viuda”, para insistir en la necesidad de pedir constantemente en la oración. En el texto se pueden distinguir tres partes:
• Desde la experiencia (18,1). El Nazareno habla a partir de la propia vivencia: Él confía en Dios, su Padre, y le clama en la oración día y noche sin desfallecer. Constatación: Nosotros, a menudo, nos concentramos sobre muchas cosas; pero que son secundarias. Y quizás, sin darnos cuenta, dejamos que nuestro amor a Dios se vaya enfriando poco a poco.
• Comparación (18,2-5). El juez injusto al final cede, para que la viuda no venga a molestarlo continuamente. La motivación de la viuda, además de la necesidad, tiene sentido de igualdad. La motivación del juez es más bien exageradamente egocéntrica (hipérbole). Enseñanza: Hoy Jesús nos ofrece el remedio para superar nuestra fe tibia. ¿Y cuál es el remedio? La oración es la medicina de la fe, el reconstituyente de nuestra interioridad.
• Aplicación catequética (18,6-8). En la parábola, el juez y la viuda se corresponden de modo exagerado e irónico a Dios y a seguidores de Jesús. La frase clave de la parábola es: Dios “en un abrir y cerrar de ojos” les hace justicia. Dios está presente, incluso en las calamidades, injusticias y sufrimientos de los seres humanos, porque Dios es plenamente Amor. Al final Cristo pregunta si en el momento de su Pascua los discípulos seguirán adhiriendo a Él. Una vez más, la oración y la fe-confianza se muestran inseparables. Mensaje: Nuestra oración tiene que ser constante: porque si tenemos que seguir una medicación para mejorar la salud, es importante cumplirla bien: tomar las medicinas en la forma correcta a su debido tiempo, con regularidad y confianza.
Semana XXIX: Lunes (aquí)
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