EVANGELIO DOMINICAL

Domingo de la Sagrada Familia


Lecturas: Génesis 15,1-6; 17,5; 21,1-3 / Hebreos 11,8.11-12.17-19 / Lucas 2, 22-40

Botón homilético - Francisco Quijano

Ahora dejas, Señor, a tu siervo
irse en paz según tu palabra,
porque mis ojos han visto tu salvación,
que preparaste ante todos los pueblos,
como luz revelada a los paganos
y gloria de tu pueblo Israe
l.

Nunc dimittis... Son las dos primeras palabras en latín del cántico de Simeón, que es una perla engarzada en la prosa del Evangelio de san Lucas. Es un himno crepuscular y auroral a la vez. Cabe leerlo en dos registros: uno teológico, querido por el evangelista; otro lírico, asociado a la oración nocturna de la tradición cristiana. En su registro teológico, es una acción de gracias por el cumplimento de la esperanza de salvación con la llegada del Mesías. Es también un himno que anuncia la nueva aurora de la salvación para todos los pueblos.

• El motivo de la acción de gracias de Simeón es el haber visto con sus ojos y haber tomado en sus brazos la salvación de Dios. El Ungido de Yahvé –Mesías en hebreo, Cristo en griego– es acogido por la gente pobre y humilde del judaísmo –los anawim– representada por Simeón y Ana, María y José, Zacarías e Isabel.

• El cántico de Simeón es una actualización de los oráculos del Segundo Isaías (cc. 40-55). Hay un avance en la revelación del proyecto de Dios. Para Isaías, la salvación se extiende a todos los pueblos, pero el pueblo de Israel sirve de mediador. Para Lucas, la salvación se dirige desde un principio a todos los pueblos y el pueblo judío no es sino uno de estos, el Mediador es Jesús, el Mesías.

• La escena en la que aparece el Nunc dimittis presenta otras dos perspectivas teológicas. Una es el oráculo de Simeón dirigido a María. Ese niño será señal de contradicción: habrá quienes lo acepten y quienes lo rechacen; quedarán a descubierto las intenciones de los corazones. La imagen de la espada simboliza la discriminación que habrá entre la gente, que también tocará el corazón de María. Ella, la madre de ese niño, estará llamada a tomar partido por él; ella es su madre y es también discípula suya.

• La otra perspectiva es el motivo por el cual José y María se presentan en el templo: estaban allí para cumplir con la Ley de Moisés. En tres ocasiones se dice que ese fue el motivo. Se dice también en tres ocasiones que Simeón acudió al templo movido por el Espíritu Santo. Con estas menciones de la ley y del Espíritu, el narrador quiere dar a entender que se ha cumplido el tiempo de la Antigua Alianza, fundado en la Ley de Moisés, y que comienza la Nueva Alianza fundada en el Espíritu Santo.

• A esta lectura teológica del himno y la escena, que es la perspectiva de Lucas, se puede asociar una lectura lírica en la que entran en juego sentimientos humanos profundos. El anciano Simeón y Ana la viuda llegan al final de su vida, sienten que su destino se ha cumplido en plenitud. Lo agradecen al Señor. Simeón toma en sus brazos a una criatura recién nacida que es portadora de vida nueva. Se enlazan así las generaciones.

⦁ Giovanni Bellin (1433-1516) Presentación de Jesús en el Templo

 

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Claves para la homilia – Julián Riquelme

• Contexto - Palestina, año 1: Seguramente José y María agradecieron a Dios por el niño Jesús. - Grecia, año 80: Para Lucas, Jesús es superior a Juan Bautista: 1° Porque cuando Jesús niño es llevado al Templo, provoca el despertar de la profecía, y Juan, no; 2° Porque al narrar la infancia y adolescencia de ambos, dice que Jesús crece en sabiduría y gracia, y de Juan, no lo dice.

• Sentido El tema del Evangelio es la "Presentación de Jesús en el Templo y su retorno a Nazareth". En el texto se pueden distinguir los siguientes focos de atención:

• Conducción de Jesús niño al Templo (2,22-24). A los cuarenta días de su nacimiento el niño es llevado al Templo de Jerusalén (2,22a; cf. Lv 12,1-6). Si bien, históricamente, los judíos no acostumbraban a llevar al niño para la presentación en el Templo, pues concurría solo el padre (Ex 13,1-2.11-16), Lucas da mayor realce a esta escena como una acción de gracias y una consagración del niño a Dios por parte de sus padres (2,22b-24; cf. Mal 3,1). Los padres de Jesús actúan como los menos pudientes del pueblo, es decir, los pobres de la época: Ofrecen a la vez "un par de tórtolas o de pichones de paloma" (2,24). Lección: Cuando los padres agradecen a Dios la vida de sus hijos y los consagran a Él, entre otras realidades, se disponen a educar a los niños y niñas en aquella libertad, que busca construir el bien de todos.

• Las profecías de Simeón y de Ana acerca del niño (2,25-38). Simeón es un varón con esperanza creyente: sus palabras enfatizan el significado de Jesús, como presencia del Amor de Dios para él, para Israel, y para las naciones paganas; pero, a la vez, ponen en evidencia que el Mesías va a desatar una contradicción y un conflicto tan fuerte, que su vida y sus palabras serán causa de división (2,25-35). Por su parte, Ana tiene la misión de continuar comunicando la esperanza mesiánica a todas las personas, que acuden al Templo: da gracias a Dios y habla de la importancia que tiene Cristo para humanizar los hogares (2,36-38). Moraleja: Acojamos hoy la experiencia y la invitación de Simeón y de Ana, para mirar con profundidad, descubrir y ver el sentido de igualdad social, que Jesús vino a traer, como Luz, para todas las personas y naciones.

• La vida privada de Jesús en Nazareth (2,39-40). “El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con Él” (2,40). Éste es el Jesús que de verdad interesa: Un ser humano que recorre nuestro propio camino, y, de esa manera, puede indicarnos la dirección a nosotros. Mensaje: Si se tiene en cuenta el refrán: “De tal palo tal astilla”, hay que suponer que el niño Jesús aprendió inicialmente a amar en su familia y en las relaciones de quienes le rodeaban: allí fue educado en el exigir cada día menos y darse cada día más.

• Rembrandt (1606-1669) Presentación de Jesús en el templo

Tiempo Litúrgico de Navidad – Los Santos Inocentes (aquí)